Nicolás Cabrera: Acaparó miradas, pocos aplausos y al final, jugó

Nicolás Cabrera fue el protagonista central de la semana en Gimnasia, y la jornada de furia que desencadenó el martes por la mañana lo marcó. La sangre no llegó al río, al final el volante dio marcha atrás y anoche se “comió” el banco de los suplentes. Pero quedó en la mira de todos.

Por eso, desde que el plantel del Lobo llegó anoche al estadio del Bosque, la figura de Nico resultó la más buscada de todas. Por los hinchas, y por los periodistas que cubrieron las alternativas de un partido que al final dejó poco y nada.

Cabrera se mezcló con los titulares cuando estos realizaron el precalentamiento en la cancha de tenis, y fue una forma de mostrar que estaba metido en el grupo.

Después, cuando entró a la cancha con los suplentes, detrás del equipo titular, pasó poco menos que desapercibido por los plateistas que estaban detrás del banco de los suplentes. Se escucharon algunos aplausos cuando el jugador saludó con el brazo derecho en alto.

Cabrera se sentó, habló con los compañeros después de jugadas puntuales y cuando en el complemento Troglio lo mandó a llamar, se repartieron tibios aplausos de la platea y algunos silbidos que llegaron de la cabecera.

Nico ingresó a los 33 minutos en lugar de Franco Mussis, y le metió ganas a su juego. No aportó las soluciones que necesitaba el Lobo para quebrar el 0 a 0, y en el tramo final un remate suyo que pegó en el cuerpo de un defensor parado dentro del área despertó el reclamo de la gente por un penal que no fue.

De este modo pasó la noche más complicada que tuvo Nicolás Cabrera desde que retornó a Gimnasia, porque llegó a 60 y 118 en medio de una situación que puso en peligro la convivencia de un plantel que anoche le restó trascendencia al episodio del martes en Abasto.