Ni el diluvio pudo con el triciclo: llegó a la Feliz

Había partido el miércoles desde el Cruce de Etcheverry

La lluvia no pudo con la fuerza de voluntad y la convicción de los responsables de la “cruzada”. Si bien el miércoles a la tarde una fuerte tormenta los detuvo cerca de Maipú, tras hacer noche en esa ciudad y pese a que ayer amaneció con lluvia, los ingenieros de la UNLP decidieron volver a la Ruta 2 a las 10 de la mañana. Cerca de las 15,30, acompañados por Seguridad Vial y un móvil policial, llegaron a Mar del Plata. Seguía lloviendo. Pero a nadie le importaba. El primer triciclo eléctrico de Latinoamérica había recorrido 310 kilómetros sin necesidad de recargar la batería. Objetivo cumplido.

Cerca de las cuatro y media de la tarde, uno de los creadores del vehículo (más precisamente de la batería de pilas de litio que lo impulsa), el investigador de la CIC Guillermo Garaventta, le contó a este diario que prácticamente no pudieron dormir. Ni él, ni los integrantes del departamento de Aeronáutica de la facultad de Ingeniería de la UNLP, Augusto Zumarraga y el piloto Pablo Laiolo.

“A las 10 de la mañana (de ayer) llovía, pero no tanto, y como Seguridad Vial y la Policía nos garantizaron que nos acompañarían, cubrimos la batería y los elementos electrónicos con nylon, Pablo se puso un traje impermeable como el que usan los pescadores, y seguimos camino. Luego de recorrer los 140 kilómetros que nos restaban, finalmente llegamos a Mar del Plata. Este es un evento único, que demuestra todo lo que se puede hacer en la Universidad”, resaltó, para detallar que siempre mantuvieron la velocidad máxima que fijaron por cuestiones de seguridad -35 Kms por hora- y que “la batería no necesitó ser recargada en absoluto”.

“Es más -añadió-, ahora el piloto está dando vueltas en la rambla del Hotel Provincial; es decir que le queda resto”, realzó.

EL APOYO DE LA GENTE

Garaventta volvió a valorar “el enorme apoyo de la gente. Tanto en la ruta como en Maipú, donde estuvimos en la plaza mostrando el prototipo, como aquí en Mar del Plata, son muchos los que se acercan y no dicen ‘vamos que se puede’. Aplauden, toman fotos, esto es fantástico”, enfatizó.

Lo único que lamentaron los responsables de la aventura científica fue “no haber podido hacer esos 80 kilómetros que, por la tormenta del miércoles, tuvimos que recorrer con el triciclo sobre la camioneta”.

Comentaron que “el último tramo se hizo bajo condiciones extremas, de manera que la prueba se superó con creces”, para contar que desde las camionetas de la CIC y del Gema -dependencia de Ingeniería donde se fabricó el vehículo- se comunicaban con handys inalámbricos con el piloto Pablo Laiolo, oriundo de Junín.

Cabe recordar que el triciclo eléctrico partió el miércoles a las 9 de la mañana desde el Cruce de Etcheverry, impulsado por una batería compuesta por 19 pilas de litio. El chasis y la carrocería se construyeron con partes de un helicóptero y de un avión.

“Tenemos en el país una de las mayores reservas de litio del mundo; dejemos de exportarla como materia prima y desarrollemos aquí las pilas. Proyectos de este tipo generarán trabajo y desarrollo en el país”, dijo Garaventta.

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