Después de un buen tiempo, el equipo le pudo regalar a la gente una victoria fuera del Bosque. Y realmente fue algo justo y merecido, porque una vez más los hinchas y socios del Lobo, demostraron su amor por los colores, sin importar el presente deportivo. Ya afuera de la posibilidad de ascender, igualmente se fueron hasta la cancha de Almagro, un domingo a la mañana y con un clima frío y gris, que después terminó cambiando totalmente con la presencia del sol finalizando la primera parte.
Y los albiazules prácticamente colmaron sus 1.500 lugares, y la cabecera se terminó llenando de entusiasmados hinchas que alentaron desde el primer minuto, más allá que el ingreso no fue fácil. Si bien desde temprano hubo muchas banderas en los alambrados, recién cuando transcurrían 9 minutos del primer tiempo empezó a entrar el grueso de la gente, ya que se habían agolpado mucho público.
No faltó el color con banderas, camisetas, bombos, trompetas, realmente el aliento resultó conmovedor, sabiendo la realidad del club, y que deberá afrontar una temporada más en la B Nacional. El hincha fue a alentar, sin importar el mal clima reinante, una cancha incómoda, un domingo por la mañana y encima televisado.
Ya en el primer tiempo llegó el primer festejo y la alegría, tras el gol de Nico Cabrera a los 28 minutos del primer tiempo, en el mismo arco donde estaban.
Y precisamente Cabrera, la gran figura de la mañana en José Ingenieros recibió una calurosa ovación cuando se retiró a los 26 minutos del complemento. "Olé, olé, olé, olé, Nico, Nico", partió desde la cabecera visitante y el volante agradeció levantando sus brazos.
También hubo aplausos para el toro Altobelli cuando se retiró, como premio a su sacrificio, y no faltó el "Pedro, Pedro, olé olé, olé, olé, Pedro, Pedro".
Fue una mañana feliz para Gimnasia, que se debía un festejo fuera del Bosque. Los hinchas regresaron en el mediodía dominguero felices y pensando en el futuro.