Secuelas psicológicas que son propias de veteranos de guerra

Los episodios de violencia, tanto como su amenaza permanente, dejan muchas veces secuelas en la psiquis de las personas, secuelas que pueden no ser advertidas por quienes las sufren pero igual están ahí. En el intento por dimensionar su alcance entre los comerciantes de La Plata que han sido víctimas de asaltos, el estudio de la Cátedra de Psiquiatría puso en evidencia una realidad tan insospechada como alarmante.

Porque si bien los responsables de la investigación intentan manejar los datos con suma cautela, lo que evidencian sus resultados preliminares es que cuatro de cada cinco comerciantes asaltados informa síntomas compatibles con trastornos emocionales; en algunos casos muy graves, como el trastorno por estrés postraumático.

“Se debe ser cuidadoso al utilizar las palabras diagnóstico y trastorno, porque siempre existen los riesgos de interpretación errónea y de etiquetamiento. También hay que ser muy cautos por cuestiones metodológicas y por respeto a la diversidad de respuestas humanas ante los eventos adversos y el sufrimiento. Teniendo en cuenta tales reparos, el estudio realizado permitió detectar que cuatro de cada cinco comerciantes víctimas de delitos en sus comercios informaron síntomas compatibles con trastornos adaptativos, y uno de cada cinco informó síntomas compatibles con trastorno por estrés postraumático”, dijo el doctor Jorge Folino, principal responsable del estudio.

Conocido popularmente como un cuadro propio de los veteranos de guerra, el estrés postraumático es una reacción emocional severa producto de haber estado expuesto a eventos traumáticos tanto naturales (terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas) como provocados por la mano del hombre (guerras, atentados, etc).

Dado que quienes sufren este trastorno no necesariamente asocian lo que les pasa con los episodios de que fueron víctimas, la encuesta realizada por la Cátedra de Psiquiatría se enfocó en la búsqueda de algunos de sus principales síntomas, como las dificultades para dormir, la ansiedad y los cambios de conductas.

“Un aspecto que nos llamó la atención fue la amplia variedad de respuestas -comenta el doctor Folino-. Así como se observan comerciantes que han quedado sumamente afectados, también hay otros que tienden a naturalizar los episodios a través del humor como una forma de fortalecerse”.

Cualquiera sea el caso, los resultados preliminares del estudio también aportan evidencias que permiten afirmar que la exposición de los comerciantes a situaciones de asalto aumenta significativamente sus chances de padecer alteraciones emocionales.

Asimismo, el trabajo revela que más de la mitad de las víctimas (el 53 %) hubiera deseado contar con apoyo psicológico de algún organismo especializado y que este interés aumenta en tanto las personas consideran el ataque más grave.

Más allá de ofrecer valiosos datos sobre uno de los efectos menos atendidos de la inseguridad, la experiencia de la Cátedra de Psiquiatría sirve también para ayudar a las víctimas, ya que los mismos equipos de investigadores ponen a disposición de los comerciantes encuestados la posibilidad de recibir asesoramiento en salud mental.