Apuestas y expectativas distintas frente a una elección con cartas marcadas

Los seis sectores que compiten por las bancas del Congreso buscan cosechas de votos que apuntalen sus objetivos para 2015

Al funcionar en la práctica como una primera vuelta -y no como una instancia de dirimir candidatos en las internas de cada fuerza como lo indica la “teoría” del sistema-, las elecciones primarias del 11 de agosto marcaron fuertemente las preferencias del electorado bonaerense con relación a las propuestas que se anotaron para la competencia por las 35 bancas de la Provincia en la Cámara de Diputados de la Nación.

De esa manera, quedó delineado un escenario para los comicios de hoy con dos candidatos fuertemente recortados del resto -Sergio Massa, del Frente Renovador y Martín Insaurralde por el oficialista Frente para la Victoria- que apuestan a que una profundización de esa polarización les permita un crecimiento con relación al caudal de votos de los comicios primarios de agosto.

Para ambos sectores -los dos con fuertes objetivos para 2015, cuando habrá elecciones presidenciales y para la Gobernación bonaerense- la representación en el Congreso que logren en los comicios de hoy resultará clave. El massismo aspira a obtener unos quince escaños, que espera aumentar con algunos “pases” de legisladores hoy alineados en otros sectores, en particular en el oficialismo. El oficialismo estima que podría conseguir unas 12 bancas, que le alcanzarían para mantener, relativamente, la misma representación que tiene actualmente por el distrito bonaerense.

LAS OTRAS OPCIONES

El Frente Progresista, que representa en Buenos Aires a la alianza radicalismo-socialismo, con una lista encabezada por Margarita Stolbizer, en tanto, busca crecer algunos puntos y consolidarse en el tercer lugar que obtuvo en agosto con el 11% de los sufragios, mientras celebra la buena elección que, según las encuestas, realizará esa alianza en varios provincias y a nivel nacional.

Francisco De Narváez, con la alianza Unión para la Libertad y el Trabajo que cerró con la CGT de Hugo Moyano, sería, según las encuestas, la principal “víctima” de la polarización que se daría en estos comicios. Por eso, su estrategia se ha concentrado en conservar al menos el 10,5% que obtuvo en las primarias, con la intención de conseguir tres bancas en el Congreso y la expectativa de que ese caudal -que lo ubicó en cuarto término- le permita mantenerse en el escenario de la política bonaerense.

El Frente de Izquierda de los Trabajadores aspira a superar el piso del 3% de los votos para colocar al menos un representante en la Cámara baja; un objetivo que comparte el peronista disidente Gerónimo Venegas.

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