Cadete del Servicio Penitenciario se recibió de “partero”

Ayudó a una joven de 17 años a dar a luz en un remise

GUSTAVO ALVAREZ, EL CADETE QUE AYUDÓ A DAR A LUZ


Un cadete de la escuela del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires ayudó a una adolescente de 17 años a parir a su hijo cuando viajaba, desde Olmos, ayer a la mañana en un remise hacia un hospital.

Eugenia Fasina, de 17 años, llegó a 44 y 133, a las 11, con el coche de alquiler y ahí fue donde paró porque ya no daba más. El chofer trató de ayudarla, se acercó una mujer y en eso llegó Gustavo Alvarez, quien habló con la adolescente, trató de tranquilizarla y realizó buena parte del trabajo para ayudar a dar a luz a una beba de 3.280 gramos.

Mientras la ayudaba a trabajar en el parto, el joven de 26 años, que cursa el tercer año de la Escuela del Servicio Penitenciario, le preguntó varias cosas a la flamante mamá, “pero realmente ahora no me acuerdo de nada. Sólo quería ayudar para que todo saliera bien, cortar el cordón umbilical y permitir una rápida atención de la beba, para que no tenga ningún problema”, dijo, emocionado, y repitió insistentemente: “digan que soy de General Alvear, un pueblito de 10.000 habitantes. Con esto creo que los representé bastante bien. Me siento orgulloso por lo que pude afrontar y que todo haya salido bien”.

Alvarez, junto al director de la Escuela, Gabriel De Murtas, dijo que “casualmente terminamos la semana pasada un curso sobre primeros auxilios que incluyó este tema. Y ya lo pude aplicar. Salió del alma. Estaba ahí y fui ayudar. La mujer que se acercó primero, tuvo más nervios que yo, pero lo principal es que la beba y la mamá están en buenas condiciones.

Eugenia y la beba fueron trasladadas al hospital Gutiérrez, en el barrio Hipódromo. La joven quedó extenuada, alojada en una de las salas del área de Maternidad y apenas si podía hablar. “Venía en un remise para La Plata y en 44 y 133 tuvimos que parar”, alcanzó a decir, mientras trataba de descansar. Cuando promediaba la tarde de ayer, el suboficial Gustavo Alvarez se acercó a visitarla a ella y a la beba, que se llama Brisa Soledad Castillo.

En el barrio de la Escuela del Servicio Penitenciario la mañana de ayer quedará en el recuerdo. “Fue todo muy rápido, y el joven actuó bien. Tuvo una gran respuesta y lo va a recordar por siempre”, contó Cecilia, una de las vecinas de la zona.

“Es la primera vez que me enfrentó con algo así”, trató de resumir Alvarez, quien todos los fines de semana viaja a su pueblo natal y esta vez llevará esta experiencia para comentar en detalle con los suyos.

Audio: Gustavo Alvarez

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