Chicos perdidos, un drama que batió récord este año en la Región
Edición Impresa | 29 de Diciembre de 2013 | 00:00

“Antes, en general, los chicos desaparecían después de ir a bailar o en situaciones similares. Ahora se van de sus casas porque algún familiar abusó de ellos, porque los maltrataron o porque les pegaron”, dicen en Missing Children. Y marcan otro cambio: antes, el promedio de días que desaparecía un chico iba de tres a cuatro. Ahora es mucho mayor, más de una semana o diez días.
Lo preocupante es que los que se van son cada vez más chiquitos. Los números de la ONG internacional dicen que la mayoría de los que se escapan tienen entre 13 y 17 años (73%). Pero hay cerca de un 15% que tienen entre 7 y 12 años. Y es la franja que más crece.
RECORD PLATENSE
En materia de menores extraviados, el 2013 deja un saldo preocupante para nuestra región. De los casi 160 chicos que actualmente se encuentran perdidos en La Plata, como se dijo, más de cien corresponden a denuncias que ingresaron este año al Registro nacional.
Representan, según datos del propio Registro, una cuarta parte del total de menores desaparecidos en toda la provincia de Buenos Aires, donde los casos de búsqueda superan los 600, y evidencian además un escalofriante incremento de desapariciones en nuestra región en el último año. Son más de 160 menores -entre niños y adolescentes- que no se sabe dónde están. Más de 160 historias que buscan una respuesta. Historias que forman parte de un drama que, como tantos, parece ya naturalizado y que, como ninguno, se manifiesta en recuerdos de una última charla, pistas, sospechas o incertidumbres impotentes y pavorosas. Caritas con historias distintas y una misma pregunta: ¿dónde están?
Todos esos casos, los que se resuelven o los que aún esperan una respuesta, los que se registran en La Plata o los que proliferan por el Conurbano, forman parte de una problemática que crece a pasos firmes y que, según las entidades que se ocupan del tema, en la mayoría de las historias tiene una raíz común que cada día cuesta más disimular: la pobreza y la marginalidad.
De los 137 chicos de los que actualmente se ignora el paradero y figuran en las listas de Missing Children a nivel nacional, en tanto, el 80% son adolescentes. Según las autoridades de la ONG “por lo general, ellos abandonan el hogar voluntariamente: o porque los tratan mal en la casa, o porque les fue mal en el colegio y temen decirlo, o porque no los dejan ir a bailar, o porque a los padres no les gusta el novio que tienen”.
Desde el comienzo de su registro estadístico en el país, en enero de 2000, la entidad recibió 8578 denuncias por menores perdidos: el 89% fue encontrado, pero lamentablemente 85 chicos aparecieron muertos.
Presentación de megacarteles en las canchas de fútbol con imágenes de los niños y adolescentes extraviados, publicación de sus fotos en las facturas de la empresa de luz, instalación de links relacionados con Missing Children en varias páginas de Internet y notas en los medios de comunicación. Estas son las principales estrategias empleadas por la entidad para difundir los casos de chicos perdidos, con el fin de obtener datos sobre sus paraderos.
Según esta ONG, las razones de este crecimiento tienen que ver con la violencia familiar, cada día más presente en los hogares. Otro dato claro es la marcada diferencia entre los sexos. El 67% de los desaparecidos son chicas. Las explicaciones en este caso son dos: “Por un lado, son las que sufren mayores abusos. Y por otro, muchas chicas conocen hombres más grandes y se escapan con ellos”, se explica.
“El fenómeno creció en los últimos años -asegura Lidia Grichener, presidente de Missing Children Argentina-. Años atrás la mayoría de las fugas se daban en chicos de 14 o 15 años, pero ahora vemos que lo más común son nenes de diez u once años”.
Lo que dice Grichener sintoniza con la mirada que tienen en el Registro Nacional. Cuando el que se fuga es un niño, se apunta, la historia que lo explica suele estar asociada a la esfera íntima, a una conflictiva familiar que alcanza niveles de una gravedad tal que empuja al chico a ponerle el cuerpo a una decisión que, muchas veces, ni siquiera comprende en su verdadera dimensión.
Lo que dicen los expertos se fundamenta en las estadísticas. Uno de los últimos informes presentado por el Registro, de hecho, destaca que el 91% de los casos en los que el equipo social del organismo tomó intervención (sobre un muestreo de 241 casos, se aclara), está asociado a “alejamientos voluntarios del hogar, producto de situaciones de maltrato intrafamiliar”.
Además, destaca ese informe, a partir del análisis de los casos ingresados en el Registro puede observarse “que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes que abandonan repetidamente sus hogares, tienen algún tipo de experiencia de vida en la calle”.
El 67% de los desaparecidos son chicas. ¿Las razones? “Por un lado, son las que sufren mayores abusos. Y por otro, muchas conocen hombres más grandes y escapan con ellos”.
A todo esto, no son pocos los que aseguran que en este último tiempo hay un grupo de riesgo que cada vez es mayor: el que está expuesto al consumo de drogas. Según se explica, la aparición del paco en nuestra región intensificó y masificó los casos. Si bien en La Plata se detecta un incremento del número de notificaciones de chicos perdidos, esto se atribuye también a que existen más canales donde denunciar.
Los registros de chicos extraviados se vinculan con el maltrato a menores, ya que según lo que indican en el Registro, la mayoría de los chicos que deja voluntariamente su hogar ha sufrido algún tipo de violencia.
“Tal vez no sería correcto decir que ahora hay más desapariciones que antes -sostienen en el organismo nacional-; lo que si existe ahora es una mayor cantidad de canales donde denuncias estas desapariciones. Es un tema que se difundió mucho y eso ayudó a popularizar los casos”.
Para las autoridades de Missing Children, de todos modos, “sin duda que el desmembramiento de muchas familias genera que esta realidad se acreciente todavía más”, sobre todo porque, según advierten en la asociación, “en la mayoría de los casos se trata de chicos que se van de su casa voluntariamente, lo cual no tiene que ver con una suerte de crisis adolescente, porque si fuera así deberíamos tener miles de casos más. Se trata en realidad de casos donde, en buena medida, el chico se va de la casa porque fue víctima de alguna agresión. Tenemos que entender que hay familias que son golpeadoras, y eso repercute en que haya más casos de nenes perdidos”.
Mientras tanto, allí están y no están todos ellos. Los nenes. Chicos que no llegan a los 17 y que, según se los ve en las listas de Missing Children o el Registro Nacional de Menores Extraviados, miran al lente como si pidieran que alguien los encuentre. Caritas con historias distintas pero dejando en el aire siempre la misma pregunta: ¿dónde están?
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