Poli y la relación con Cristina: “De respeto pero con distancia”

El nuevo arzobispo de Buenos Aires advirtió que en el país “falta diálogo”

MONSEÑOR MARIO POLI YA ES EL SUCESOR DE BERGOGLIO EN LA ARQUIDIÓCESIS DE BUENOS AIRES

Mario Poli, obispo de La Pampa y nuevo arzobispo de Buenos Aires, afirmó ayer que le “falta diálogo a los argentinos” y adelantó que la relación con la presidenta Cristina Kirchner será de “respeto y colaboración, pero con la debida distancia y diferencia”.

Poli aseguró ayer a los medios pampeanos que encarará su gestión en el Arzobispado porteño con la esperanza de que llegue la “concordia” al país.

“Falta diálogo a los argentinos, falta diálogo en serio”, remarcó Poli, quien estimó que “en eso podemos hacer el aporte, porque la Iglesia tiene mucha sabiduría sobre el diálogo”.

El prelado habló antes de oficiar un misa en la Unidad 30, la cárcel de menores de Santa Rosa, donde cumplió con el rito de lavar los pies de los jóvenes, emulando el gesto de Jesucristo.

Poli lanzó un mensaje contemporizador y expresó, de todos modos, que el rol de los pastores “no es político”.

Tras el giro desde el oficialismo que dejó de lado los conflictos del pasado con Jorge Bergoglio y mostró un acercamiento con el actual Papa, Poli manifestó que la relación con el gobierno de Cristina Kirchner se planteará “con respeto y colaboración, pero también con la debida distancia y diferencia, porque somos dos cosas distintas”.

“La cercanía con la gente también nos hace pensar y podemos decir cosas”, acotó el obispo, en referencia a las diferencias y distanciamientos que tuvo Bergoglio en su momento con el ex presidente Néstor Kirchner, por las críticas que lanzaba desde los altares.

El religioso aceptó hablar con la prensa antes de encabezar la misa en la U.30, a media mañana. En ese marco, relató que el llamado telefónico en el cual le avisaron que Bergoglio lo quería como su sucesor en el Arzobispado de Buenos Aires lo tomó por “sorpresa” y le causó “perplejidad y asombro”. “No tengo razones de peso para decir que no, no es una razón suficiente que esté contento acá. El estaba contento en Buenos Aires y lo eligieron Papa y no pudo volver”, explicó.

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