Estudiantes se trajo un punto
Edición Impresa | 7 de Mayo de 2013 | 00:00
COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA
Anoche comenzó el partido con intenciones de ser protagonista. Bien Rodrigo Braña en su puesto natural de número 5. Correcto Carlos Auzqui como un volante ofensivo por derecha. Y muy activo Román Martínez, por el centro, pero arrancando desde unos metros más atrás que en el partido ante Quilmes.
Con ese esquema jugó mejor que su rival, al punto de tener una chance inmejorable para abrir el marcador. Fue a los 18 minutos de ese primer tiempo, cuando una combinación en velocidad entre los tres jugadores mencionados terminó con Martínez mano a mano con Cambiasso. El ex volante de Tigre quiso asegurar su remate y con un potente remate estrelló el travesaño cuando el gol era una fija.
Fue la jugada más clara. Ni siquiera la llegada de Auzqui, en el minuto final de ese primer tiempo, pudo igualarla. De todos modos, tras un pase profundo de Román, el mediapunta quedó solo contra el arquero, que le tapó muy bien el palo y se quedó con el único remate posible: al cuerpo.
All Boys, un equipo sin brillo pero tremendo oficio, no pudo nunca encontrar la pelota en el medio, y salvo con algunas jugadas sucias producto de pelotas paradas jamás llegó hasta el arco de Gerónimo Rulli.
Lo más claro resultó un tiro desde afuera del área del ex Pincha Brian Sarmiento, que mostró que el arquerito de Estudiantes además de ser seguro de arriba también sabe estirarse como un chicle. Con sus brazos largos la sacó al córner.
PUNTO O "MUERTE"
Duván Zapata, tal vez en su peor versión de este último tiempo, nunca pudo tirarle el carromato encima a los defensores rivales. Y así, sin peso ofensivo la pelota todo el tiempo rebotó como en un frontón.
Para colmo de males en cinco minutos se le vino la noche. Primero Braña tuvo que dejar la cancha, agotado. Y luego Marcos Gelabert vio la segunda amarilla por una falta innecesaria que dejó a su equipo con diez hombres.
Nada fue igual en los últimos 25 minutos (con el descuento). El Pincha entendió que el punto era un buen negocio y se redobló en esfuerzos por defenderlo. Fue ahí cuando apareció la experiencia de Leandro Desábato, impasable de arriba… Y de abajo.
Pepe Romero, a quien la platea local se cansó de pedirle cambios, mandó a la cancha al gigante Caspary, que complicó bastante en los pelotazos cruzados.
Lo tuvo Sánchez a los 44, pero la pelota paso por toda la línea de gol sin que nadie la empujara. Y dos minutos después, el otro ingresado, Martín Morel, remató por arriba del travesaño cuando había ingresado, sin marcas, por el segundo palo.
Estudiantes rescató un punto. Una igualdad que este mismo equipo no hubiese conseguido cuatro fechas atrás, con calcados partidos que perdió en el final. Llego a los 8 y no le permitió a su rival sacarle una diferencia en la tabla de los Promedios del año que viene. Es que este Estudiantes no está para lujos, está para sumar, y anoche aprobó en esa misión.
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