Insólita fuga y amenazas para el joven que mató a ladrón en Berisso

EL MENOR DE 15 AÑOS FUE ASESINADO A PUÑALADAS EL DOMINGO, MIENTRAS ASALTABA A UNA FAMILIA

El joven de 22 años que el domingo pasado asesinó a uno de los dos ladrones que ingresaron en su casa del barrio Juan B. Justo, en Berisso, tiene custodia policial. Así lo dispuso el fiscal Marcelo Martini, después de tomar conocimiento de dos circunstancias: que había recibido amenazas y que el hermano del menor fallecido -detenido por la muerte de un jubilado en un asalto- se escapó del velatorio al que le permitieron concurrir.

En las últimas horas no fueron pocas las voces que se levantaron para cuestionar esta “habilitación”, ya que el adolescente fue trasladado a una casa de sepelios en pleno centro de la Ciudad sin esposas, sin custodia especial y sin que estuviera notificada la policía jurisdiccional.

“Así se resolvió por pedido de representantes del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil”, explicó un jefe de la fuerza, aclarando que a la Policía “ni siquiera se le comunicó la novedad de la fuga, ni tomó intervención tras la misma”.

Toda esta historia arrancó el domingo a la noche, cuando dos jóvenes irrumpieron en una casa ubicada en la manzana 21 del barrio Juan B. Justo, donde encañonaron a su dueño, de 70 años. Lo golpearon, lo patearon y los gritos despertaron a su nieto de 22 años, que dormía en una habitación.

El joven se encontró con los dos desconocidos armados, uno de los cuales se lo llevó para la planta alta. El otro, que se quedó con su abuelo, hizo un disparo que no hirió a nadie. Ya en el primer piso, la víctima levantó un colchón y sacó un cuchillo. Forcejeó con el ladrón y le acertó 10 cuchilladas. El intruso escapó con su cómplice en moto, pero cayó casi muerto a pocos metros. Tenía 15 años. Y, a los 14, estuvo investigado por un asalto en Ringuelet que terminó con un jubilado fallecido de un infarto. El era inimputable y zafó, pero a su hermano -entonces de 16 años- lo dejaron en un instituto de menores. De ahí lo dejaron salir el martes pasado, para ir al velatorio.

“estruendos”

La ceremonia se realizó en la casa de sepelios de 46 entre 12 y 13. Las autoridades de esa empresa admitieron ayer haber escuchado un bullicio que venía de la calle aproximadamente a las 10 de la mañana del martes, que fue el horario en el que terminó el servicio fúnebre.

“Oímos ruido de estruendos”, indicaron a EL DIA, sin poder especificar si eran petardos, explosiones de motos u otro tipo de detonaciones. A esos estampidos se sumaron algunos “gritos de bronca”, recordaron. La ceremonia, se informó, había comenzado a las 22 del lunes y hasta el incidente sucedido 12 horas después todo transcurrió con normalidad.

En esas oficinas sabían con certeza que el adolescente de 15 años que estaban velando era el menor que había sido asesinado en un robo, en Berisso. Sin embargo, en la casa velatoria admitieron no haber recibido “ningún llamado o notificación de la Fiscalía o alguna autoridad judicial, como suele ocurrir en estos casos” respecto del traslado de un detenido.

Con la mesura que obliga una situación como la de un sepelio, los empleados del local reconocieron haber “visto poco”. Sólo se destacó que notaron “una concurrencia un poco menor a la habitual”.

Pero sin dudas, nadie podía prever lo que ocurriría. “Desconocíamos que iba a estar el hermano del fallecido, que está privado de la libertad”. Para darle aún más énfasis a esa afirmación, en las oficinas aseguraron: “No vimos a nadie esposado ni a ningún policía uniformado”. Con respecto a la fuga, lo único que trascendió es que el joven habría sido “rescatado por amigos”. Apenas eso.