Un porteño, desarrollador de software

El comprador de la camioneta de Fariña se llama Carlos Limeres, tiene 35 años, y en principio trascendió que era un monotributista de la Categoría D, una de las más bajas que contempla hasta 96 mil pesos de ingresos brutos al año. Pero luego se aclaró que se había recategorizado y que sus ingresos declarados ascienden a $ 400.000 anuales.

La AFIP por ahora no impugnó el remate, pero ya está investigando el origen de los fondos que puso Limeres para comprar la camioneta.

“Haremos las investigaciones que correspondan, eventualmente lo obligaremos a recategorizarse o inscribirse en el régimen general de autónomos” dijeron fuentes de la AFIP. En el organismo recaudador admitieron que todavía no determinaron si Limeres compró por sí o para un tercero.

Limeres, según trascendió, es desarrollador de software en IBM y trabaja en Aconcagua Software Factory junto a Fernando Pinciroli, Decano de Informática en la Universidad Champagnat y titular de Solus SA.

Un oferente que participó de la subasta dijo que el monto final pagado “parece poco, pero es excesivo ya, que si contabilizás los arreglos que hay que hacerle a la camioneta termina valiendo más de $ 800 mil que es el valor de mercado para una camioneta de ese año y con ese kilometraje y sin la exposición pública que tuvo esto”.

La subdirectora general de Operaciones de Interior de la AFIP, Mariana de Alva admitió, en tanto, que pretendían “que el monto de la subasta llegue más arriba” y anticipó que insistirán en la Justicia para ejecutar el resto de los bienes de Fariña, entre los que se encuentra un Audi TT y un campo de 3.600 hectáreas en Mendoza.

La funcionaria no descartó que la AFIP vaya a intentar rematar el departamento de Avenida del Libertador donde vive la ex esposa de Fariña, la modelo Karina Jelinek.

“Todos los bienes que se puedan probar que son de Fariña van a ser, en función de la inhibición de bienes, traídos y pretendidos de ejecución”, aseguró.