Acusado de matar a la tía, sale para ir todos los días al colegio

Ya con preventiva, el menor de 17 años esperará el juicio con arresto domiciliario

CLAUDIA ORTIZ FUE DEGOLLADA EL 28 DE OCTUBRE EN SU CASA

El adolescente de 17 años acusado de matar a su tía Claudia Ortiz (48), en Berisso, fue beneficiado con el arresto domiciliario en una audiencia en la que también se le dictó la prisión preventiva, informaron fuentes judiciales. En otras palabras, esperará el juicio oral (que se haría en un plazo aproximado de 180 días) en su casa de esa misma localidad, bajo la supervisión de su madre y el control de policías de la comisaría de Los Talas, que deben vigilar, en distintos horarios y una vez al día, que cumpla con la prisión domiciliaria.

Sólo podrá salir de la vivienda para ir al colegio, aunque deberá hacerlo acompañado por su madre.

Para otorgar la morigerada la justicia de menores tuvo en cuenta que el adolescente cursa el sexto año de una escuela técnica, que nunca repitió y que su alojamiento en un instituto hubiera significado que perdiera el año, completaron los voceros.

El asesinato sucedió en la tarde noche del martes 28 de octubre, cuando Ortiz salió de su casa de 167 entre 26 y 27 sujetándose el cuello y pidiendo ayuda bajo la lluvia intensa que caía en la Región. Tenía un corte profundo en el cuello, que alguien acababa de hacerle con el mismo cuchillo con el que ella estaba cocinando.

La ayudó una vecina que escuchó su pedido de auxilio, y un familiar de la víctima la trasladó en su coche al hospital Larrain, donde la operaron y finalmente murió al día siguiente.

Según los investigadores, varias de las personas que tomaron contacto con la mujer en esas horas -en el viaje al hospital y mientras estuvo internada- la escucharon pronunciar el nombre de su sobrino, que en realidad quedó complicado un par de días después con el hallazgo del teléfono de la víctima.

indicios

Ese celular Samsung Galaxy SIII fue lo único que desapareció de la escena, en la que también llamó la atención que no hubiera aberturas forzadas. De estas cuestiones los pesquisas sacaron dos conclusiones: que el robo no fue la motivación más fuerte y que el asesino entró con el aval de la víctima o con una llave.

Como sea, los investigadores rastrearon el aparato hasta detectar que se había activado con un chip comprado a nombre de la hermana del acusado. Finalmente éste reconoció que lo había tomado de la casa de su tía, aunque argumentó que lo hizo al enterarse de que estaba internada por el ataque.

La defensa del chico, representada por los abogados Pablo Conti y Juan Martín Etchart, planteó que el secuestro de ese elemento bajo las circunstancias en las que se hizo fue nulo, algo que el juez respaldó y la fiscalía apeló, dijeron fuentes del caso.

Comprometen también al menor los testigos que declaran haber escuchado su nombre en boca de la víctima y el secuestro de prendas y calzado con manchas que podrían ser de sangre y están bajo análisis.

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