A 70 años de la primera copa
| 2 de Diciembre de 2014 | 00:00
INFORME
Por MARTIN CABRERA
Se trataba de un torneo nocturno de tiempo reducido (dos tiempos de 22 minutos cada uno) disputado a fin de año. La jugaban el campeón y los mejores seis de la tabla. Fue la copa que continuó a la Beccar Varela y la previa a la República.
En su primera presentación Estudiantes, que había finalizado tercero detrás de Boca (46 puntos) y River (44), se enfrentó el jueves 30 de noviembre al subcampeón, con Pedernera, Loustau y Labruna.
Ese partido finalizó 0-0 pero el Pincha se clasificó a la semifinal por tener más tiros de esquina a su favor: 5 sobre 3. No existían las definiciones por penales y el detalle, hoy, no deja de ser desopilante. Inclusive a lo largo de la historia otros partidos se definieron por esa vía. En los otros partidos Huracán derrotó 2-1 a Racing y San Lorenzo 1-0 a Independiente.
Dos días después, el caluroso sábado 2 de diciembre de 1944, se jugaron los choques decisivos. En la primera semifinal el Ciclón dejó en el camino a Boca y luego el Pincha se midió con Huracán. Fue triunfo albirrojo 2-1 con goles Pichón Negri y el Beto Infante, todos en el primer tiempo.
La final se disputó ese mismo sábado pasadas las 23 horas y ante casi 40 mil personas, que avalan la importancia que se le dio en la época a esta competencia luego olvidada y despreciada.
Con un gol de Infante a poco de iniciado el encuentro Estudiantes se quedó con el partido, los aplausos y su primera vuelta olímpica del profesionalismo.
El plantel festejó el lunes 4 en el estadio primero y en la sede social después. Los jugadores posaron con la copa que todavía hoy permanece en 53 entre 7 y 8.
La copa, en honor al presidente de la AFA de aquella época, se jugó sólo seis veces entre 1939 y 1949. Como saldo dejó dos títulos para Huracán y uno para el Pincha, River, Newell’s e Independiente.
En la década del ‘40 Estudiantes fue protagonista en casi todos los torneos. Por ese entonces los títulos se los repartían Boca y River (a veces los otros tres grandes metían sus narices) y entonces la Copa Escobar fue una caricia para los hinchas. Ya pasaron 70 años del logro.
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