A 100 años de la Tregua de Navidad: un gesto en medio de la guerra

El 24 de diciembre de 1914 (hace cien años), tuvo lugar uno de los hechos más llamativos de la Primera Guerra Mundial: una tregua navideña no oficial, a la que se llegó a partir de brotes aislados de un alto el fuego espontáneo entre alemanes y británicos en Bélgica.

Mientras que en algunos puntos los combates se interrumpieron solo hasta el 25 de diciembre, en otros el cese del fuego se extendió incluso hasta enero de 1915.

Soldados considerados entre sí férreos enemigos aprovecharon la oportunidad para intercambiar saludos de Navidad, regalos (whisky, chocolates, cigarrillos), jugar al fútbol o participar de oficios religiosos conjuntos.

La película francesa "Joyeux Noël (Feliz Navidad), nominada al Oscar en el año 2005 como mejor película extranjera, se centra alrededor de este curioso gesto de humanidad en medio de una de las dos guerras más cruentas de la historia.

La película retrata los sentimientos encontrados que experimentan soldados que hasta hacía horas estaban disparándose entre sí, que llegan a conocerse y a intercambiar anécdotas y buenos deseos, que comparten la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos y hasta de volver a verse cuando termine el conflicto.

La Tregua de Navidad quedó inmortalizada en una serie de fotos tomadas durante aquellos días, así como en cartas enviadas por los soldados a sus familias.

“Ha pasado algo extraordinario. Esta mañana, un alemán gritó que querían una tregua de un día. Así que, con mucha cautela, uno de nuestros hombres se levantó por encima del parapeto y vio como un alemán hacía lo mismo”, dice el general británico Walter Congreve a su esposa en una misiva.

La sangrienta guerra, que se extendería por casi cuatro años más, no solo no puso fin a las disputas geopolíticas en Europa, sino que dejó el escenario perfecto para que, 21 años más tarde, otro conflicto irrumpiera con mayor fuerza