Livio Da Giau

Sentidas muestras de pesar provocó el fallecimiento del comerciante Livio Da Giau. Hombre de pocas palabras y de carácter reservado, supo cosechar, sin embargo, numerosas y profundas amistades. Tenía 73 años.

Hijo de los inmigrantes italianos Francisco Da Giau y Gilda Marinello, había nacido el 15 de mayo de 1941 en La Plata y creció junto a su hermano mayor, Alejandro. La escuela primaria la cursó en el Sagrado Corazón y los estudios secundarios en el Albert Thomas, de donde egresó con el título de técnico mecánico. Con un fuerte apego a sus compañeros de clase y a las instituciones en las que se formó, fue, durante años, presidente del Centro de Ex Alumnos del establecimiento de 9 y 57, y nunca dejó de reunirse, asimismo, con la promoción 1959 del colegio industrial de 1 y 58.

Heredó de su padre el arte de elaborar helados artesanales y toda la vida se dedicó al rubro. “Los alpes” fue una recordada heladería platense que él fundó y, convertido en un especialista en ese segmento de la gastronomía, solía ser jurado en los concursos nacionales del postre que aprendió a fabricar en el negocio familiar, cuando era apenas un adolescente.

También, durante unos años, estuvo encargado de la sala de Don Bosco de 9 y 57, que funcionaba sólo los fines de semana con proyecciones de cine infantil.

Corredor aficionado cuando transcurría la década del 70 y fanático de ese deporte, integró, con un particular fervor, la comisión directiva del Club Platense de Automovilismo.

Fue un entusiasta hincha de Estudiantes de La Plata y siguió a su equipo en las instancias de cada copa.

Cultivó el bajo perfil y fue dueño de una personalidad de gustos sencillos.

Da Giau se casó con la maestra Cristina Fernández Camillo, y tuvo dos hijos: Francisco (abogado, y ex concejal y dirigente del club Estudiantes) y Gimena (docente). Atento a las necesidades de los suyos, fue un abuelo muy dedicado a sus cuatro nietos: Ulises, Nuria, Juan Francisco y Milagros.

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