Las preocupaciones para un enero caluroso

El clima y los servicios. En esas dos cuestiones se centran las preocupaciones municipales para el enero que está a punto de empezar. Hay temor por la fragilidad del servicios eléctrico y por las permanentes emergencias con el agua. En todas las recorridas por los barrios se nota una creciente preocupación por las fallas en esas prestaciones básicas y por las consecuencias que les provocan a los vecinos y a los comerciantes.

Hace pocos días, un fuerte comunicado de los comerciantes platenses alertó sobre los perjuicios que les ocasionan los constantes apagones. En el gobierno municipal ya conocían el malestar.

La Comuna ha hecho reclamos fuertes a Edelap por la calidad del servicio. Afecta también al alumbrado público. Y se convierte, más allá de las fronteras jurisdiccionales, en un tema local. Lo mismo pasa con el agua, que también agota la paciencia de los vecinos. Pasar sólo unas horas sin ese servicio alcanza para complicarle la vida a cualquier familia.

Las previsiones, lamentablemente, no son alentadoras. Cuando se acumulen -como es previsible- días de altas temperaturas, los servicios mostrarán -inexorablemente- la fragilidad estructural que reconocen todos los especialistas.

El clima, mientras tanto, es otro frente de preocupación.

Se ven todas las semanas comportamientos extremos y llamativos. Lo del viernes en Montevideo -que es acá nomás- es otra muestra de la virulencia que adquieren las tormentas. Llovieron unos sesenta milímetros en media hora y la capital uruguaya colapsó.

La Plata está en mejores condiciones que antes para absorber precipitaciones que superan los parámetros normales. Pero los efectos del cambio climático muestran capacidad de hacer estragos en cualquier ciudad del mundo.

Fuera de estas inquietudes, la gestión municipal entra en una suerte de paréntesis veraniego. El Concejo ya se despidió hasta el año que viene y eso marca una desaceleración inevitable del ritmo institucional.

En pocos días empieza el crucial 2015. Habrá unas semanas de tregua antes de empezar con todo la vorágine de la campaña y el proceso electoral.