En la Escuela 10 dan cátedra de solidaridad con chicos de la calle

Docentes recorren el barrio para invitar a jóvenes en situación de riesgo a las actividades escolares de los sábados

UNOS 300 ALUMNOS DE LA ESCUELA 10 PARTICIPAN TODOS LOS SÁBADOS DEL PROGRAMA PATIOS ABIERTOS. AHORA, LAS DOCENTES BUSCAN INTEGRAR A NIÑOS Y ADOLESCENTES EN SITUACIÓN DE RIESGO

Desde hace diez años, casi 400 escuelas bonaerenses abren sus puertas cada sábado para que más de veinte mil alumnos se reúnan, jueguen, practiquen deportes y realicen actividades artísticas. Al mismo tiempo, se le brinda apoyo escolar a los niños y adolescentes que lo necesitan. Pero en la Escuela N° 10 de La Plata, los docentes decidieron subir la apuesta: cada 15 días, un grupo sale a recorrer la zona para invitar a chicos en situación de riesgo a compartir ese espacio lúdico-educativo.

La ejemplar iniciativa persigue, al menos, dos objetivos. Por un lado, “sacar de la calle” a los jóvenes e integrarlos a un ambiente sano y amigable, donde el vóley tomó la delantera entre las preferencias de los adolescentes y los talleres de plástica y teatro entre los más pequeños.

Por otra parte, la integración de los chicos en situación de riesgo con los 300 alumnos del establecimiento educativo -tanto de primaria como de secundaria- que participan de la movida, y la contención que se les brinda, implican “construir un puente” hacia la escolarización de esos niños y jóvenes, comentan los responsables del programa Patios Abiertos que hace una década comenzó a implementar la cartera educativa bonaerense.

EL LUGAR DE REFERENCIA

Abrir la escuela los sábados para ofrecer múltiples actividades deportivas y artísticas significa ponerla “como lugar de referencia no sólo para los alumnos sino para los chicos del barrio; una escuela cerrada y otra abierta son dos mensajes muy distintos”, enfatizan en la dirección de Educación.

Por caso, el profesor Gustavo D’Agustini comentó que “si bien en los grupos hay chicos que asisten a la Escuela 10, muchos de ellos van a otros establecimientos educativos; es más, algunos ni siquiera viven en la zona, pero no faltan ningún sábado”, subrayó el docente.

“El Patio no se toma vacaciones nunca. De hecho, a lo largo de todo el verano contó con la presencia de los chicos. Es una movida muy linda para la juventud”, acotó.

Las coordinadoras de la propuesta en la escuela de diagonal 73 y 48 contaron que “entre los más pequeños ha prendido fuerte el taller de teatro. Es que allí pueden expresar sus sentimientos, lo que les pasa, y es una experiencia maravillosa”, aseguraron. Además se desarrolla el taller de plástica -continuaron-, donde se llevan a cabo manualidades, esculturas, pinturas y dibujo. “Ahora se incluyó fotografía”, acotaron.

En tanto, el vóley se convirtió en el deporte predilecto entre los más grandes. “Hay que destacar que su práctica le abrió a muchos chicos las puertas para que puedan competir en la Liga Regional. Al mismo tiempo, les permitió encontrar un grupo de pertenencia que se prolonga más allá de la edad escolar, ya que concurren jóvenes que ya se encuentran en la Universidad”, dijeron en la Escuela 10.

Hablando de Universidad, apuntaron que el sentido de pertenencia que el programa genera entre los niños y adolescentes es “muy fuerte”. A punto tal que a un par de chicos que ya están en la facultad y no tenían un lugar adecuado para estudiar “se les facilitaron aulas, y cada sábado se aparecen con sus libros y apuntes”, comentaron.

Cuando hacen una pausa, se juntan con el resto a “tomar mate y a charlar”, una sana costumbre sabatina entre los alumnos de la escuela de diagonal 73, los chicos del barrio y, desde que decidieron apostar a la contención de los niños y jóvenes en riesgo, potenciales “futuros compañeros”.

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