Rosana, en boca de otros

La cantante española Rosana no era capaz de escuchar sus propias canciones hasta que ha llegado este, su octavo disco, “8 lunas”, un trabajo que no puede dejar de oír gracias a que otros interpretan a su lado algunos temas.

“El momento más mágico probablemente sea esa vez que descubrí que era capaz de escuchar mis propias canciones en un disco mío pero cantado por ellos”, dijo la artista en una conferencia en la capital mexicana.

Así, añadió, desde que publicara su primer disco “Lunas Rotas” (1996) hasta ahora, hacía el disco, lo componía, lo producía, lo cantaba, pero nunca lo escuchaba en su casa o en el automóvil.

Y, sin embargo, este lo agarró, lo metió en el auto y desde entonces no ha podido dejar de escucharlo. “Los llamo a ellos y les digo ‘habéis conseguido que escuche mis canciones’, y eso lo han conseguido ellos”, dijo en referencia a los cantantes que la acompañan en este álbum, artistas como Dani Martín, Rubén Blades y Mario Domm.

Y es que “8 lunas”, aseguró, no es ni un disco de grandes éxitos ni un disco de duetos, aunque tenga parte de esos dos ingredientes.

“Se trataba de elegir un puñado de canciones que si yo no hubiera cantado me hubiera encantado escuchar cantadas por ellos. A partir de ahí empiezo a elegir el repertorio”, contó.

Por ello no se eligieron algunas de las canciones más conocidas como “A fuego lento” o “Pa ti no estoy”, ni tampoco llamó a sus amigos más conocidos, sino que se eligieron las canciones viendo los artistas que podían darle “otro sentido y otra dinámica” a los temas.

“Al final ha sido un resumen súper bonito. Era como una especie de regalo que yo quería hacerle a mi gente y a mi público, y terminó siendo un regalo que me han hecho mis compañeros, de alguna manera”, aseguró.

Las elegidas

Sobre la selección de las canciones, Rosana explicó que se eligieron las 16 porque fueron “los primeros 16 síes que ocurrieron de manera fluida”, es decir que sus compañeros dijeron que sí querían cantar y que sí les gustaba su canción.

Todos estuvieron muy dispuestos a participar y esto se ve en que sólo se tardaron dos meses y medio en ser grabados todos los temas, pese a las apretadas agendas de algunos de los artistas.

Y todas las canciones tienen algo particular y distinto a la versión original, ya que ella dejó que se fueran “al terreno” de sus invitados, que se sintieran “como en casa” cuando las interpretaban.