“La Biblia también se puede leer en el celular”

EL PAPA, EN LA IGLESIA SAN GREGORIO MAGNO EN ROMA

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco ofreció Biblias gratuitas a los fieles que acudieron ayer al tradicional rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro y les pidió que los distribuyan también gratuitamente a otros creyentes. “Los recibieron gratis (a los libros), denlos gratis”, pidió el Papa después del rezo a los fieles congregados en la plaza, a quienes recordó que actualmente “se puede llevar la Biblia entera en un celular, en una tableta”.

“¡Se puede leer el Evangelio con tantos instrumentos tecnológicos!”, exclamó el Santo Padre. “Lo importante es leer la palabra de Dios, por todos los medios, y recibirla con el corazón abierto”, agregó.

Francisco precisó que el regalo de las Biblias es un “gesto sencillo” y recordó que ya durante las semanas anteriores había sugerido a los creyentes que se proveyeran de un “pequeño Evangelio” y que lo llevaran consigo “durante el día, para poder leerlo siempre”. “Luego pensé en la antigua tradición de la Iglesia, durante la Cuaresma, de entregar el Evangelio a los catecúmenos, a los que se preparaban para el bautismo. Hoy quiero ofrecer a los que están en la plaza, pero como señal para todos, un Evangelio de bolsillo”, anunció el pontífice.

El Vaticano ya había anunciado el viernes que, a pedido de Francisco, se repartirían las Biblias a todos aquellos que asistieran a la Plaza de San Pedro a escuchar la oración del Ángelus.

Los libros de esta edición, que fue publicada para la ocasión, están firmados por el Vaticano e incluyen los cuatro Evangelios y los Actos de los Apóstoles, además de unas palabras del propio pontífice sobre la Exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”.

“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida de aquellos que se encuentran con Jesús”, es el mensaje que Jorge Bergoglio envía a los católicos en esta edición especial, según explicó el Vaticano.

En el interior de la tapa están escritas las indicaciones para recitar “La Coronilla de la Divina Misericordia” y hacia el final del libro, la Oración del cardenal John H. Newman: “Querido Jesús ...”, que la Madre Teresa instó a sus monjas a recitar todos los días.

La idea de la distribución gratuita se concretó con la colaboración de los seminaristas del Seminario Romano, las Hermanas de la Madre Teresa y otras personas cercanas a la religión católica.

LA MISERICORDIA DIVINA

En tanto, el Papa recordó a los fieles congregados en la plaza que “no hay límite alguno a la misericordia divina, que se ofrece a todos”, y pidió que repitieran esa frase con él.

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