¿Funcionan las Apps de lectura rápida?
| 11 de Mayo de 2014 | 00:00

Un equipo de investigadores de la Universidad de San Diego demostró que cuando usamos software para acelerar la lectura captamos peor el sentido del texto. La razón es que normalmente los ojos realizan movimientos imperceptibles en milisegundos para releer algunas palabras que ya hemos pasado y así entender mejor lo que leemos, lo que no es posible en las aplicaciones diseñadas para leer entre 500 y 1.000 palabras y que están adquiriendo gran popularidad.
En una sociedad acelerada, la necesidad de procesar la información en el menor tiempo posible y la presentación de esa información en pantallas de pequeño formato –por ejemplo, los nuevos relojes inteligentes- ha llevado al éxito a distintas aplicaciones que prometen mejorar nuestra capacidad de lectura. Spritz es el software pionero en las grandes plataformas de móvil, pero ya podemos encontrar muchas otras Apps, que funcionan de un modo similar.
El método consiste en mostrar brevemente cada palabra de forma individual, marcando en rojo una letra en concreto que sirve de eje de la lectura. En teoría, permite leer entre 500 y 1.000 palabras por minuto gracias a lo que técnicamente se conoce como “rápida presentación visual en serie” (RSVP, en sus siglas en ingles). Ante el furor de estas aplicaciones, un equipo de investigadores de la Universidad de San Diego ha realizado una investigación para comprobar si esta forma de leer favorece la comprensión lectora. En otras palabras, si realmente nos enteramos de lo que estamos leyendo a toda velocidad. En un artículo publicado en la revista “Psychological Science”, Elizabeth R Schotter y sus colegas enfrentaron a 40 estudiantes universitarios sin problemas visuales a textos normales y a otros donde las palabras iban transformándose en X conforme el alumno las leía, tal y como ocurre cuando desaparecen de la pantalla en las aplicaciones de lectura rápida.
El método consiste en mostrar brevemente cada palabra de forma individual, marcando en rojo una letra en concreto que sirve de eje de la lectura. En teoría, permite leer entre 500 y 1.000 palabras por minuto
Los resultados de la investigación demuestran o, al menos, cuestionan la utilidad de los programas como Spritz. “Estas aplicaciones no son útiles porque privan al lector del control de la secuencia y la duración del acceso a las palabras. Si no se ha entendido algo, no existe la oportunidad de volverá atrás”, afirma Schotter. Además de volver a releer de forma consciente, los autores explican que en un 10 a 15 por ciento del tiempo de lectura, los ojos realizan movimientos hacia el texto ya leído. Las razones pueden ser variadas, como regresar a una palabra que el ojo se había saltado si querer, algo que ocurre en algunas ocasiones, o simplemente esa vuelta atrás, que se produce en milisegundos y de la que no somos conscientes, permite comprender mejor el sentido de la palabra en el contexto de la frase. Al no permitir las aplicaciones de lectura rápida esa posibilidad, los investigadores concluyen que éstas tienen “drásticas consecuencias negativas a la hora de entender lo que estamos leyendo”.
Por su parte, los “padres” de la aplicación Spritz aseguran que “estamos reinventando la forma en que la gente lee al eliminar los obstáculos asociados a la lectura tradicional en los dispositivos móviles. La lectura nunca ha sido tan sencilla, eficiente y efectiva en pantallas tan pequeñas”, ha declarado el cofundador y director general de la compañía, Frank Waldman.
¿Cuál es entonces el secreto para leer a toda velocidad? Para Schotter la receta es clara. “Práctica y más práctica. Como con cualquier habilidad compleja tú serás un lector más rápido a base de leer más y más. Porque la lectura requiere la coordinación de varios sistemas cognitivos y practicando es la única forma de mejorar”, asegura la investigadora del Departamento de Psicología de la Universidad de San Diego en California.
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