Denuncian brutal golpiza a cuatro jóvenes en un boliche de ruta 36

El incidente habría ocurrido el domingo a la madrugada. Acusan a un supuesto patovica del local bailable

MIRIAM TORRES, LA MADRE DE LAS JÓVENES AGREDIDAS, LES HABÍA PROHIBIDO IR AL BOLICHE DE RUTA 36. “TENÍA MIEDO”, LE CONTÓ AYER A EL DIA

“Y bueno, volvamos”, pensó un grupo de chicos de Los Hornos, mientras hacían los planes para el sábado a la noche. A ellos les habían contado que el boliche de Abasto al que terminaron yendo era “peligroso”, según ellos lo catalogaron.

En su regreso al local bailable, les habrían dado una paliza, por motivos que parecen confusos. Las víctimas fueron cuatro jóvenes, entre ellas dos hermanas de 14 y 16 años.

Dentro del boliche, ubicado sobre la ruta 36, el conflicto habría empezado con el novio de una de las chicas. “Lo empezaron a pechear, a empujarlo y agredirlo. No sabemos por qué”, contó una de las jóvenes a EL DIA.

Todos apuntaron a un muchacho de unos 20 años al que aparentemente conocían y que “le tenía bronca” al pibe, según dijeron las víctimas. También aseguraron que es unos de los custodios de seguridad de la bailanta.

“NOS PEGABAN ENTRE 10”

“Cuando vimos que la cosa se estaba poniendo densa, nos fuimos”, señaló otra de las chicas. Eran alrededor de las 6.30 del domingo.

Al parecer, el “patovica” que habría empezado a increparlos también habría decidido continuar la pelea afuera.

“Fue él con otros 10 tipos y nos empezaron a pegar. Nos tiraron al piso y no les importó que hubiera chicas. Pedíamos que pararan, porque nos estaban matando, pero seguían igual”, relataron.

Al parecer las consecuencias fueron graves. La menor de las hermanas tuvo que ser llevada al hospital de Melchor Romero, en donde permaneció internada algunas horas en observación.

Los chicos aseguraron que conocían el local bailable, pero que habían dejado de ir por un tiempo. “Yo se lo prohibía, porque escuchaba lo que pasaba y me daba miedo”, apuntó Miriam Torres (40), la madre de las jóvenes.

Así pasó un año en el que no volvieron al boliche. Pero a su regreso todo terminó desembocando en el incidente que decidieron denunciar en la comisaría 7ª de Abasto.

Además, las víctimas protestaron, porque el primer agresor tendría antecedentes y porque, según dijeron, son comunes los incidentes los fines de semana.

Por otra parte, todos afirmaron que en las anteriores veces que habían ido ahí no habían protagonizado ningún altercado, por lo que desestimaron que se hubiera tratado de alguna clase de venganza por parte del muchacho al que denunciaron.

“Ahora no los dejo ir más ahí. Es un peligro. Parece que ya no hay más lugares a los que los pueda dejar ir a bailar”, se quejó Miriam.

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