Detención de menor descubre el circuito de los “dealers”

Lo atraparon en el Parque Saavedra con 90 gramos de marihuana. Formaría parte de una cadena de comercialización

EL PASAMANOS, UNA CLARA SEÑAL DE LA VENTA DE DROGA. ESTA VEZ OCURRIÓ EN LA ZONA DEL PARQUE SAAVEDRA, FRENTE A DOS COLEGIOS. CAYÓ PRESO UN MENOR DE 16 AÑOS

Lejos de donde se supone que la marihuana era plantada, triturada y repartida en envoltorios de nylon, la droga se vendía cerca de uno de los vértices del Parque Saavedra. La esquina que eligieron los dealers fue la de 12 y 68. Pero no eran ellos los que se lanzaban a la oferta callejera, sino un chico de 16 años, que pasaba desapercibido entre los alumnos de las dos escuelas que hay en esa esquina. Y de paso, sostuvieron algunos policías, también les vendería a los jóvenes que recién salían de clases.

Ese circuito de elaboración y venta minorista ilegal quedó al desnudo una vez más a partir de un operativo que hizo la Policía en ese pulmón verde. A una comitiva de oficiales les llegó el dato de que en la zona se desarrollaba esa actividad poco después de que sonara el último timbre en ambas instituciones educativas, a las que asisten chicos del nivel primario y secundario.

Con ese indicio, el miércoles poco después de las 18.00 un grupo de efectivos de la DDI local se apostó discreto en distintas partes del Parque Saavedra. “Empezaron a ver que hacía un ‘pasamanos’ con distintas personas que se le acercaban. No se pudo establecer si había algún alumno entre los compradores”, admitió un vocero oficial.

Bastaron algunas repeticiones más de esa secuencia para que los policías fueran a cercarlo, identificarlo y requisarlo. Tenía 16 años y llevaba escondidos, según los voceros, 90 gramos de marihuana repartidos en pequeñas bolsas transparentes.

Era material más que suficiente para que lo subieran a un patrullero.

En sus bolsillos también encontraron 300 pesos y un celular que por estas horas está siendo peritado para buscar rastros del resto de esa cadena de producción y venta de estupefacientes, que ahora se investiga.

Un responsable de la captura se encargó de remarcar que “el joven demorado aparentemente no habría estado involucrado en episodios de esta u otra naturaleza. O por lo menos no da el aspecto”, consideró el policía, sin poder aclarar si el joven tiene algún antecedente: nunca se lleva constancia de los delitos que cometen los menores.

Después de pasar algunas horas en una oficina rodeado de agentes, el adolescente volvió a su casa de Altos de San Lorenzo cuando lo fueron a buscar los padres.

La presunción de los pesquisas marca que el menor capturado sería el último eslabón, el más débil, de una hilera delictiva a la que los policías pretenden desbaratar.

Por ahora, como ocurre en muchos casos, quien cayó esposado fue la persona más expuesta.

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