Un hongo amenaza al café en Centroamérica

Especial para EL DIA de National Geographic

Hace ya seis años que un hongo conocido como roya viene secando tantos cafetos en América Central que se cree que la región podría perder el 40 por ciento de su cosecha.

Ahora parece que también el cambio climático y fenómenos meteorológicos adversos empeorarían la situación.

“Seguimos recibiendo un informe tras otro de nuestros colegas en esos países, comenta Tim Schilling, director de World Coffee Research de la Universidad de Texas, al hablar sobre el problema en Panamá y El Salvador.

La roya también afectó partes de Guatemala, Nicaragua, México, Costa Rica y Honduras.

El último responsable: un fenómeno denominado variación climática por el cual los esquemas del clima cambian marcadamente de año a año. El aumento de lluvias en años recientes, incrementó la roya, que tapiza las hojas del cafeto, impide el paso del sol al restringir la fotosíntesis, y el árbol se seca.

El año pasado, un panel de científicos de la ONU especializados en clima, determinó que las lluvias relacionadas a El Niño y La Niña -cambios periódicos de la temperatura del Océano Pacífico que influyen en las lluvias cerca de Ecuador- se intensificarán en este siglo, provocando aún más precipitaciones.

El problema atrajo la atención de los gobiernos centroamericanos, que ven amenazadas sus economías por el problema de la roya. Algunos productores de café aceptaron ayuda de organizaciones que temen que al haber muchos agricultores desempleados pueda aumentar la pobreza dando lugar a otros problemas, como el comercio de la droga.

EE UU., que consume más café que cualquier otro país pero que no produce casi nada, recientemente anunció que otorgará una asignación de 5 millones de dólares a un programa de investigación sobre café de la Universidad de Texas para ayudar a combatir la roya.

Como el café depende tanto del clima, su cosecha es volátil. Si hay demasiada agua, prolifera el hongo. Si hay demasiado poca, el cafeto se seca. A eso hay que sumarle los inviernos más duros, más lluvias en algunas áreas y casi nada en otras, y la tercera bebida más popular del mundo (después del agua y el té) resulta cada vez más difícil de producir.

“Pensábamos que las estaciones no eran tan importantes; ahora vemos que son increíblemente importantes”, afirma Alvaro Gaitán, jefe de patología vegetal del Centro Nacional de Investigación del Café de Colombia.

El problema de la roya no es nuevo en América Central. El hongo apareció en varias oleadas desde la década de 1970 pero muta cada vez, complicando los esfuerzos por combatirlo.

Cuando la roya atacó en Colombia en 2008, se diseminó de plantación en plantación, reduciendo la producción de café del país de 12 millones de bolsas a 7 millones en un sólo año. La economía del país se resintió. Algunos agricultores, muchos con menos de una hectárea de terreno, no cosecharon nada.

A comienzos de este año, Brasil tuvo el problema contrario: una sequía sin precedentes acabó con casi un quinto de las 55 millones de bolsas de café que se cosechan usualmente en el país.

Los precios del café aumentaron a nivel mundial, de 1,20 dólares la libra a casi 2,20 dólares. La mayoría de las grandes cadenas de cafeterías, entre ellas Starbucks, absorbieron el aumento en lugar de trasladarlo a los clientes.

Pero llegaron las lluvias y se espera que la industria cafetera de Brasil repunte, y llegue a los 50 millones de bolsas previstas para el año que viene. Quizás ni siquiera eso baste para mantener los precios estables.

El hongo sigue mutando, apareciendo en Guatemala y Nicaragua con cepas diferentes de las detectadas en Colombia.

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