Aprobó con lo justo pese a que no hubo grandes polémicas

No aplazó gracias a que no cayó en errores de entidad, pero se equivocó mucho en fallos menores

ALVAREZ LE ENSEÑA LA AMARILLA A OREJA, TRAS UNA FALTA SOBRE MARTÍNEZ. TUVO UN ARBITRAJE CON ALTIBAJOS

Luis Alvarez vino a nuestra ciudad con un objetivo claro: “sacar” el partido. Ese término, en el mundillo arbitral, representa todo aquello que le permite a un juez llegar del principio al fin de un partido sin meterse en problemas, aún sin en ese camino tiene que “hacer la vista gorda” con algún fallo.

En lo técnico, tuvo algunos contratiempos producto de estar lejos en algunas acciones, más de una vez quedó mal posicionado. Tampoco lo ayudaron mucho sus asistentes que se equivocaron en más de un lateral.

Cobró algunas faltas que sólo él vio (como una de ataque a Diego Vera) y obvió otras más que evidentes en las que dejó pasar la acción sin pitar.

En el aspecto disciplinario, las cinco tarjetas amarillas que aplicó estuvieron bien mostradas. Primero amonestó a Quiroga por una fuerte entrada sobre Cerutti, luego a Rosales por infracción a Nacho Fernández y más adelante a Alvaro Fernández por una dura entrada en perjuicio de Prediger. También amonestó a Facundo Oreja por una infracción fuerte, abajo contra Román Martínez y a Omar Pouso, por otro puntapié contra Cerutti.

El árbitro evitó meterse en apuros y cada minuto transcurrido pareció un alivio. Su principal aliado fue el hecho de que no tuvo acciones polémicas de peso, de esas que pueden marcar el resultado de un partido. Por eso, más allá de que no tuvo un gran trabajo, arañó el aprobado en líneas generales.

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