Las “ganas de ir para adelante”

“Lo único que ella quería era especializarse”. Esa era, según los familiares de la víctima, la cualidad que más destacaba a Andrea Jaqueline Castro: “Las ganas de ir para adelante”.

“Se defendía ante su discapacidad”, agrega la madre, recordando los cursos que su hija tomó para perfeccionarse, las horas que pasaba trabajando y estudiando.

Pese a ser hipoacúsica, la joven de 23 años se manejaba perfectamente utilizando un audífono, y se desempeñaba sin problema alguno en sus actividades. “Iba hasta Buenos Aires, se manejaba sola e iba para todos lados en micro”, detalla el padre, contando que su hija solía manejarse tanto en nuestra ciudad como en capital federal sin la necesidad de que la acompañaran.

Andrea vivía junto a sus padres y llevaba una vida totalmente activa.

Dos veces por semana trabajaba en una casa como empleada de limpieza. Y, ya con el secundario completo, se había dispuesto a realizar una serie de cursos en distintas disciplinas. En este último tiempo, ella ya había completado uno de computación.

“Vivía con nosotros, tenía su pieza, su lugar. Venían a visitarla sus amigos, hacía una vida totalmente sana. Era buena con todos, no se pudo haber ido así”, comentan sus familiares, recordando con tristeza la vida que llevaba Andrea, sus ganas de ir para adelante y el modo en que en un instante se lo arrebataron todo.

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