“A la mañana me levanto a juntar los restos de bala de la noche”

A pocos metros de donde cayó muerto Simón Lima, sobre la calle 152, la casilla de Martín puede dar cuenta de los repetidos tiroteos de los últimos días. “A la mañana me levanto y me pongo a juntar los restos de bala de la noche -dice él, vecino de esa zona de toda la vida-. Este asentamiento era tranquilo pero se desbandó. Era lógico que iba a caer alguien. Si te fijás bien, yo tengo el auto baleado por los enfrentamientos. De noche es una locura esto. No para. Pum, pum, pum. Acá es clarito: cuando baja el sol yo me guardo y meto al perro adentro porque se que en cualquier momento mo lo agarra una bala perdida. Y ojo que calzan fuerte los guachos: son todas balas de 9 milímetros. Yo las voy guardando, las tengo en una bolsita para cuando venga la policía a preguntarme algo”.