Arnaldo Calveyra: un poeta que dejó su marca en la Ciudad

ARNALDO CALVEYRA

El escritor entrerriano Arnaldo Calveyra, dueño de una prosa particular y quien supo vivir cerca de cinco años en La Plata, murió la semana pasada a los 85 años en París, donde residía desde 1960.

“Fue anoche, estaba en la casa de su hija y se sintió mal, llamaron al médico y murió. Fue un infarto, pero no hubo enfermedad ni nada doloroso previo. Tenía 85 años y estuvo en Buenos Aires en la pasada feria del libro, estaba viejito, pero como siempre amable y lúcido. Una gran tristeza”, dijeron fuentes de la editorial Adriana Hidalgo, donde Calveyra editaba.

Poeta, novelista, cuentista y dramaturgo, Arnaldo Calveyra nació en Mansilla (en la provincia argentina de Entre Ríos) en 1929 y se licenció en Letras en la Universidad Nacional de La Plata y a comienzos de la década del sesenta una beca de investigación lo llevó a París, donde vivió desde entonces dedicado a la docencia y la literatura.

En Francia publicó buena parte de su obra en la prestigiosa editorial Actes Sud y fue condecorado por el gobierno francés con la Ordre des Arts et des Lettres.

En 1968, Calveyra se casa con Monique Tur con quien tuvo dos hijos, Beltran y Eva.

Autor de una obra exquisita, publicó “Cartas para que la alegría”, “El hombre del Luxemburgo”, “La cama de Aurelia”, “Si la Argentina fuera una novela”, “Diario del fumigador de guardia”, “El libro del espejo” y “El origen de la luz”.

En Argentina, a través de Adriana Hidalgo se publicaron los libros “Maizal del gregoriano” (2005), “Diario de Eleusis” (2006), “El cuaderno griego” (2010) y “Allá en lo verde Hudson” (2012), así como su “Poesía reunida” (segunda edición aumentada, 2012), donde evidencia una poética que desafía a los géneros.

En los últimos años, el entrerriano -buceador de palabras inmunes al paso del tiempo- volvió a Buenos Aires ya no como el poeta de culto cuya obra llegaba con cuentagotas desde París, sino para recibir el reconocimiento que se merecía en su propia tierra.

También, en Argentina, se publicó a través de la Universidad Nacional de Entre Ríos su “Teatro reunido”: por primera vez la obra dramática del poeta entrerriano compuesta por las piezas “El diputado está triste”, “Moctezuma”, “Latin American Trip”, “La selva”, “Cartas de Mozart” y “El eclipse de la pelota”.

Calveyra siempre escribió en castellano, y aunque la mayoría de sus libros aparecieron primero en francés, los originales iban en la lengua que aprendió en su pueblo entrerriano, Mansilla, en pleno campo, donde pasó su infancia.

En una entrevista de 2008, al ser reeditada su “Poesía reunida”, se le preguntó por qué no había nostalgia en sus textos dedicados a su infancia, a lo que respondió: “No, es presente. Vivo con eso. En cualquier lugar del mundo prendo una luz de noche en una pieza y está Entre Ríos y esta mi casa en el campo, mis lugares más queridos”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE