Dramática pelea de pareja con una joven quemada viva en Los Hornos

Puertas adentro nadie se quería meter. “Lo que pasaba ahí era cuestión de ellos”, remarcan todos en la cuadra de 72 entre 138 y 139, en Los Hornos. Por lo bajo, hay quienes hablan de una “relación conflictiva”. Ellos dos, compañeros de trabajo y novios desde hace poco más de un año, son los protagonistas de un episodio que en la versión oficial parece ser un accidente, pero que deja un tendal de sospechas.

Ayer poco después de la medianoche se empezaron a escuchar los alaridos de dolor que brotaban desde una casa ubicada en la parte posterior de un predio, sobre esa avenida cercana al Cementerio.

La que gritaba era Noelia Serrano (26), según la identificación policial. La chica tenía quemaduras desde la cabeza hasta la cintura. Su novio estaba en ese momento con ella y al parecer “intentó ayudarla tirándole algo encima para apagar el fuego. También la llevaron abajo de una ducha”, contaron en el barrio.

“Todo pasó con la hijita de ella de 4 años en el cuarto de al lado. A la chica después la envolvieron en una sábana mojada y la llevaron al hospital en el auto de un amigo”, continuó un vecino.

En la UPA de 66 y 151 recibieron a la joven. Recién en ese momento la policía fue notificada desde la guardia. Como el cuadro excedía las posibilidades de ese personal médico, la derivaron al sector de Quemados del hospital San Martín. Allí permanece internada y los pronósticos no son alentadores: “Tiene quemaduras graves en la mitad del cuerpo. Está entubada y en coma”, coincidieron fuentes policiales y vecinos.

Su novio, identificado por los oficiales como Pablo Repiso, tiene lastimaduras en manos y piernas, que aparentemente sufrió cuando intentó ayudar a Noelia. Una fuente judicial precisó que serían heridas profundas, que lo obligan a estar bajo tratamiento con morfina.

“NO NOS METIAMOS”

Hay un choque entre la versión oficial que la pareja dio y las presunciones de los policías e investigadores. “Ella se roció accidentalmente con alcohol que tenía a mano. Pasó un rato y pensó que se le había evaporado. Ahí, cuando intentó prender un espiral con un encendedor y también por una cuestión fortuita, ese foco mínimo hizo que a la chica se le prendiera fuego la ropa y el cuerpo”. Ese es el relato que escucharon los agentes de la comisaría Tercera cuando quisieron saber el origen de todo. Una fuente judicial aseguró que la propia chica le habría dicho a un médico que se trató de un accidente.

Claro que nadie se anima a respaldar esa versión, por ahora. Los chismes y trascendidos dan cuenta de una discusión previa -que nadie escuchó- por la que “ella se echó encima el alcohol y después se prendió fuego”, soltó un detective.

Esa versión es por ahora la otra posibilidad que se baraja en el expediente. Todavía ningún oficial se anima a desligar completamente de responsabilidades al muchacho.

En el reporte que difundieron desde la comisaría de 137 y 62, se informó que los dos son compañeros de trabajo en el Bingo de barrio Hipódromo. Y en una línea se comentó que la relación entre la parejita era “conflictiva”. Ahondando en ese punto, entre los vecinos volvieron a aparecer las coincidencias.

“Cada tanto se pelean o tienen discusiones”, dijeron varios, sin saber cuáles temas o cuestiones disparaban esos choques presuntos, aunque especulan que eran “celos de la chica”. Y agregan: “A veces se escuchaba algo, pero a ella nunca la vimos marcada por golpes. De lo que pasaba entre ellos no nos metíamos. Eso queda puertas adentro”.

Notas relacionadas

Una modalidad que se repite