Berta André: una relación distinta

Sonia García dejó bien en claro ante este diario que no le interesa “ningún tipo de romance con Barreda” y a cualquiera que le pregunte responde que los une un vínculo de “amistad”.

Bien distinta era la relación del odontólogo con Berta “Pochi” André, la docente del barrio porteño de Belgrano a la que conoció en 1998 a través de otro preso y con la que comenzó a convivir 10 años después, como pareja, cuando la justicia le otorgó la prisión domiciliaria.

Eso fue posible porque “Pochi” se ofreció a cobijarlo en su vivienda de Vidal al 2300 y sustentar con su jubilación la convivencia. Y así estuvieron hasta diciembre del año pasado, cuando el juez Raúl Dalto -el mismo que debe zanjar esta cuestión ahora- le revocó la libertad condicional a Barreda por considerar “sumamente riesgosa” la convivencia.

Es que el odontólogo había advertido sobre el estado de salud mental de su pareja, temiendo que lo denunciara. Por estas horas nada se sabe de la suerte de André.

Barreda fue condenado en 1995 a la pena de reclusión perpetua por el homicidio de su esposa, Gladys McDonald (57); su suegra, Elena Arreche (86) y sus hijas, Cecilia (26) y Adriana (24), el 15 de noviembre de 1992 en su casona de 48, 11 y 12.