River no aseguró la clasificación porque Nacional le empató un partido increíble

En un partido intenso, caliente y verdaderamente entretenido, con un arbitraje que no estuvo a la altura, River empató 2-2 contra Nacional de Uruguay, en Montevideo, y por más que se afirmó como puntero del Grupo H, no logró asegurar su clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores.

En forma paralela Libertad de Paraguay igualó 1-1 frente a Deportivo Táchira, en Venezuela.

Los Millonarios, además de buscar el pasaje a la ronda final del torneo, llegaron a la capital uruguaya con el propósito de sellar su presencia en el Mundial de Clubes 2025, que se disputará a mediados del año que viene en Estados Unidos, con un novedoso formato impulsado por la FIFA y muchos millones de dólares para los clubes que tendrán el privilegio de disputarlo.

Un gol del colombiano Miguel Borja, a los 8 minutos, encaminó al conjunto riverplatense en medio de un trámite abierto, con repetidos ataques que desencadenaron la segunda anotación de River, vía Facundo Colidio, a los 30 minutos. Pero la noche se nubló para el equipo de Martín Demichelis en el segundo tiempo, cuando Nacional, favorecido por el árbitro, encontró la igualdad mediante anotaciones de Gonzalo Carneiro, a los 33 minutos, de penal, y a los 35, de cabeza, planteando un final abierto en el que fue un “v ale todo” para los uruguayos.

Al completarse la cuarta fecha, con dos por delante, River sigue como único puntero, con 10 unidades, seguido por Nacional 7, Libertad 4 y Táchira 1.

River llegó a la vecina orilla con puntaje perfecto, por lo que, en caso de ganar, e incluso con un empate, pero considerando el resultado de Táchira-Libertad, en Venezuela, podía asegurar su boleto a la ronda final del certamen continental.

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En lo que tenía que ver con la formación inicial, Martín Demichelis terminó confirmando a Andrés Herrera como lateral derecho debido, recuperado de una sobrecarga muscular, y a Rodrigo Aliendro en la franja central en lugar de Manuel Lanzini, con quien el técnico había ensayado en la previa.

Nacional necesitaba sumar de a tres para encaminar su rumbo en la Libertadores, pero ni bien la pelota comenzó a rodar, la distancia entre ambos equipos quedó expuesta en forma amplia.

Borja, de media vuelta, puso en ventaja a los Millonarios en el primer tramo del encuentro, y aunque Franco Armani tapó una pelota de gol, el segundo, por intermedio de Colidio, de contragolpe, llegó como una consecuencia lógica en el marco de un partido abierto y muy favorable para los visitantes.

Se calentó el partido, y mucho, ni bien empezó a desarrollarse la etapa complementaria. Leandro Lozano le entró muy fuerte, en una acción desmedida, a Rodrigo Aliendro, generándose en forma inmediata un tumulto con reclamos, empujones y golpes.

El árbitro Anderson Daronco, de Brasil, finalizado el incidente le mostró la tarjeta amarilla al marcador uruguayo, y en forma increíble no cambió de postura ni siquiera después de repasar la acción en el monitor del VAR, mecanismo de supuesta ayuda al juez central que comandó el también brasileño Wagner Reeay.

Con motivo de lo sucedido también le mostraron la tarjeta amarilla a Franco Romero, por un violento golpe de puño en medio de la referida pelea.

Lo ocurrido en parte desenfocó a River, que falló en las salidas rápidas y con el peso de un arbitraje que lo perjudicó terminó lamentando un empate que llegó por una mano penal de Enzo Díaz (¿adentro del área?) tras centro de Lozano, quien debió ser expulsado tras aquella inexplicable falta sobre Aliendro, y un cabezazo inmediato de Carneiro, quien había marcado desde los 12 pasos.

El final fue de locos, con la pelota viajando de un arco al otro en un clima de gran tensión.