Brasil y los riesgos de ocultar los problemas

Por RAUL VIVES

Mirar a Brasil sería un buen ejercicio, en especial para quienes se proponen gobernar la Argentina a partir del 10 de diciembre.

Un año atrás la presidente Cristina Kirchner y exponentes K corrieron a ofrecer un fuerte respaldo a Dilma Rousseff, que buscaba la reelección.

Esa cercanía y respaldo, sustentado en la similitud de un proyecto político compartido, se tornó rápido en distancia y frialdad: la mandataria reelecta dio la espalda a las demandas y pedidos de la Argentina y avanzó hacia un severo plan de ajuste que había negado rotundamente durante la campaña electoral.

CRISIS DE CONFIANZA

El travestismo político de Dilma desembocó en una crisis de credibilidad que profundizó la desconfianza económica y hundió a Brasil en una recesión.

Brasil tiene enormes reservas y no tiene conflictos financieros con los holdouts u otros organismos bancarios

Las perspectivas son pesimistas y auguran al menos otro año de caída y fuertes turbulencias políticas.

Incluso la posibilidad de un juicio político a la presidente y la apertura de una elección presidencial anticipada.

El intento de aplicar un plan gradualista o la negación de los enormes desequilibrios económicos terminaron dando lugar a un ajuste de mercado, sin maquillajes con una devaluación que llevó al dólar a una cotización por encima de los cuatro reales.

DEBILIDAD

En la opinión pública, la credibilidad de Dilma quedó herida y sin sostén político.

Casi la mitad de la población había votado a su oponente Aecio Neves, que había abogado por fuertes cambios en la Economía.

Y la otra mitad se vio traicionada por quién prometió mantener el rumbo económico, negar el ajuste, y dar un giro de 180 grados a pocas semanas de asumir su nuevo mandato.

¿Tiene esto puntos de contacto con la Argentina?

Brasil, a diferencia del Banco Central local, tiene enormes reservas que superan largamente los 300 mil millones de dólares y no tiene conflictos financieros con los holdouts u otros organismos bancarios.

Un dato que contrasta con la situación de reservas de la Argentina, que hacia diciembre alcanzarían para sostener menos de un mes de importaciones.

Tampoco existe cepo cambiario y el dólar cotiza en un mercado libre.

El real se ha devaluado en un porcentaje no muy diferente a la trayectoria del dólar blue en el mercado local, pero sin la dificultad de negar un desequilibrio clave de la coyuntura económica.

Sin embargo, el desajuste fiscal y monetario resultó inevitable

EL COMERCIO

Otro aspecto tiene que ver con el comercio bilateral.

Brasil sigue siendo el principal socio de la Argentina y la crisis está pegando sobre las empresas y en particular en el sector automotriz.

Sólo en los primeros días de octubre se estima que en la provincia de Córdoba unos 1850 trabajadores fueron afectados por la baja de ventas en Brasil.

La retracción está en avance y llevaría buena parte del 2016.

¿Cómo afectará en el resto de la industria automotriz y otros sectores como las autopartistas?

Los discursos políticos de los candidatos y el oficialismo que descartan el ajuste o hablan de un plan de correcciones gradual aparecen con atractivo electoral y quizás resulten útiles en lograr una victoria en los comicios de fines de este mes.

A una gran parte de la sociedad no le gusta escuchar pronósticos que anticipen penurias económicas

A una gran parte de la sociedad no le gusta escuchar pronósticos realistas o que le anticipen penurias económicas.

Tampoco disponen de información como para reconocer la magnitud de la crisis.

El Gobierno y buena parte de la oposición elude hablar de esos temas por temor al rechazo electoral en votos.

Pero la responsabilidad de los candidatos presidenciales es de otra naturaleza.

La experiencia de Brasil con Dilma, como otros casos menos recientes, confirman que tapar el sol con las manos puede resultar una táctica electoral redituable, pero conlleva luego enormes costos sociales y económicos.