La noche en que la villa de Epecuén se volvió a iluminar

Un millar de vecinos regresó al balneario para encender luces sobre las ruinas

Cerca de 1.000 personas fueron testigos de la conmemoración de los 30 años de la tragedia de Epecuén, el pueblo del suroeste de la provincia de Buenos Aires que quedó durante dos décadas bajo el agua, al que volvieron a iluminar sus ruinas por primera y única vez como símbolo de memoria.

“Nos preguntaron por qué no se hizo esta conmemoración cuando se cumplieron 20 años de la inundación, y es porque Epecuén todavía estaba bajo el agua”, explicó Javier Andrés, secretario del partido de Adolfo Alsina.

El 10 de noviembre de 1985 las altas precipitaciones y obras inconclusas en la regulación de canales provocaron la inundación de Epecuén, que llegó a su pico máximo luego de dos años, lo que generó que sus más de 1.000 residentes perdieran todo y que el pueblo quedara en ruinas.

Ayer, la calle principal y los edificios más representativos del pueblo fueron iluminados en un cielo estrellado y un clima de emotividad por parte de los asistentes, entre los que se encontraban antiguos residentes, turistas de diferentes partes de Argentina y del mundo, y vecinos de Carhué, la localidad más próxima.

Además, se recrearon “las tardecitas de tango” en una esquina representativa del lugar donde el bandoneonista Alfredo Ercoli solía presentarse, en un escenario improvisado entre los escombros al que agregaron luces de colores y mesitas para que la gente recordara el espectáculo cuando el pueblo tenía vida.

“Hoy es un día muy especial para todos, estoy muy emocionado”, expresó Ercoli cuando tomó el micrófono y se dirigió al público, el que se encontraba sentado en reposeras que habían traído desde sus casas y además entre los escombros, con equipos de mate y cámaras de fotos que no paraban de capturar los momentos.

Así fue como el bandoneonista comenzó a entonar una estrofa del tango que dice: “Vos serás como una herida, para el resto de mi vida”, lo que logró aplausos de los presentes y algunas lágrimas; y luego siguió con su repertorio en un clima más distendido, donde invitó a aquellos que se animaran a bailar.

Entre los presentes había dos turistas francesas que concurrieron a Epecuén a hacer un documental sobre arquitectura, ya que en varios lugares del pueblo se encuentran obras del reconocido arquitecto Francisco Salamone.

La laguna de Epecuén se desarrolló como destino turístico desde su fundación en los años 20, y es famosa en el mundo por contener propiedades curativas al contener sus aguas más de 100 gramos de sal por litro, sólo superado por el Mar Muerto.

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