Por una ventana, se metieron en la casa de un docente en Gorina

Ocurrió en la noche del miércoles en las calles 138 y 478. Eran tres ladrones armados, que se llevaron de todo

El barrio es nuevo, incipiente, y está en la franja donde limitan Gorina y City Bell. Hace meses que se empezó a poblar y algunos vecinos están hace solamente un puñado de semanas asentadas ahí. Tal es el caso de una familia -una pareja con dos hijos chiquitos- que el miércoles a la noche estaba cenando y fue sorprendida, de golpe y de la forma más inesperada, por un grupo de tres ladrones.

Por la ventana de una habitación que da a la calle, según coincidieron fuentes policiales y quienes viven en el barrio, los delincuentes pudieron entrar al domicilio, en 138 y 478, sin demasiados impedimentos.

A la hora de comer, alrededor de las 21.30, las víctimas -un docente de 43 años, su mujer y sus hijos de 1 y 5 años- escucharon los pasos apurados y luego las amenazas de los asaltantes. “Fueron violentos todo el tiempo en cuanto a lo que les decían”, comentó un vecino que pidió que su nombre se mantenga en reserva.

sin piedad

A punta de pistola y desesperados por llevarse cada objeto de valor que tuviera a la vista, los delincuentes continuaron infundiéndole miedo a la familia, a pesar de que ninguno podía siquiera moverse del susto.

El vecino de las víctimas apuntó también que la familia permaneció durante todo el robo “tirada en el piso y maniatada”.

Querían plata. En una actitud típica de esta clase de robos, los ladrones exigían cada vez más dinero, además de las notebooks, el televisor y los otros artículos de electrónica que se terminaron robando. Aparentemente al hombre también le quitaron su billetera con los documentos, aportó un vocero de la policía.

Todas las fuentes que consultó EL DIA negaron que a las víctimas les hayan pegado. Claro que, aparte de la violencia física, el tenor de lo que decían los delincuentes bastó para dejar a todos shockeados.

la tranquilidad duro un mes

Otro aspecto que para los vecinos los indignó fue que “esta familia se mudó al barrio hace apenas un mes”. Su caso es uno de tantos que, en busca de un poco más de calma fuera de la ciudad, se asientan en las zonas que recién empiezan a urbanizarse.

Las sospechas policiales por este robo giran en torno a jóvenes del barrio porque, aparentemente, habrían llegado caminando hasta el lugar del hecho.

Este caso no fue el único en la zona: “A mí me robaron en septiembre del año pasado y a 15 días de mudarme. Fue tremendo”, comentó un vecino de la manzana que, a pesar de eso, seguía sorprendido por lo del miércoles a la noche.

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