Evidencias inquietantes sobre el consumo de drogas entre los jóvenes
| 17 de Mayo de 2015 | 03:07

Un informe que será presentado oficialmente en las próximas horas advierte sobre un aumento en el tráfico de drogas en los barrios de distintas ciudades de nuestro país y acerca de los severos problemas de adicciones que se encuentran planteados en las poblaciones en riesgo. El estudio cuantitativo, que compara los resultados recogidos entre 2010 y 2014, fue elaborado por investigadores de la Universidad Católica Argentina.
Las autoridades universitarias señalaron que el estudio incluye otras dos investigaciones paralelas realizadas en el período 2013-2014, una de las cuales -ya reflejada en este diario- trata acerca de la problemática de las adicciones de sustancias psicoactivas, como el alcohol y las drogas ilícitas entre jóvenes del Gran La Plata, y sobre la percepción por parte de padres con hijos de entre 15 y 25 años de edad.
Ese estudio, que puso en evidencia el grado de naturalización que alcanza hoy tanto el consumo de marihuana como de alcohol entre los jóvenes de la Región, formó parte de un trabajo sobre la incidencia de esas y otras sustancias que la Fundación Florencio Pérez le encomendó a la UCA.
La investigación que se presenta ahora también sumará un análisis comparativo del desarrollo humano y social en barrios carenciados del área metropolitana de Buenos Aires, para el que se relevaron inicialmente ocho barrios del conurbano bonaerense con condición residencial de villas o asentamientos y en todos los lugares surgió que un alto porcentaje de los encuestados afirmó que en su barrio existe “venta, tráfico e intercambio” de drogas o estupefacientes.
En cuanto a la magnitud de este problema, debe recordarse que un relevamiento realizado hace más de cinco años aludió al fuerte crecimiento del número de pacientes jóvenes que se internan con problemas de adicción. En tal sentido, desde distintas comunidades terapéuticas de nuestra región habían advertido que el número de pacientes que estaban recibiendo se incrementaba en un 20 por ciento anual.
Otra cuestión central tiene que ver con la estrecha relación entre las drogas y el delito juvenil, comprobada en los últimos años de diversas maneras. No hace mucho un magistrado del fuero de menores destacó que casi en el cien por ciento de los casos de delincuencia juvenil, se encuentra presente el consumo de drogas entre los protagonistas.
Asimismo, debiera ser materia de detenido análisis -y por cierto de acciones policiales y judiciales acordes a la gravedad de ese panorama- el hecho de que la mayoría de los jóvenes alude a la facilidad con que acceden a la compra de sustancias psicoactivas y al total conocimiento de los lugares en que pueden ser adquiridas. En ese sentido, debería promoverse un trabajo más eficaz desde esferas judiciales y policiales. Si los chicos saben dónde se consigue droga, la Policía no debería ignorarlo.
Pero también es vital que los padres se acerquen a sus hijos y tomen conciencia de lo que está ocurriendo. Los jóvenes deben ser protegidos del flagelo de las drogas. Y es fundamental que el mundo adulto -la familia, los docentes, el conjunto de la sociedad- ayude a concientizarlos en forma eficaz y oportuna. Si se llega tarde en esta tarea, las secuelas muchas veces serán irreversibles.
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