Otro día complicado para recarga de celulares y de la tarjeta Sube
| 15 de Julio de 2015 | 02:44

Con un alto acatamiento a la medida dispuesta por la cámara que los nuclea, los kioscos de la Región cumplieron su segundo día consecutivo de paro en la venta de recargas virtuales, tanto para la tarjeta del Sube como para las líneas de telefonía celular. Corren las horas y la protesta, que apunta a conseguir un aumento en el porcentaje de ganancia que le dejan ambos servicios al sector, complica cada vez más la vida cotidiana de miles de usuarios: los créditos para utilizar las prestaciones se acaban y casi no hay lugares donde reponerlos.
El paro en los kioscos que implica no aceptar el trámite de las recargas comenzó anteayer y se extenderá, según se anunció, durante 72 horas; es decir que hoy continuará la protesta y recién a partir de mañana los comerciantes volverán a vender crédito para el transporte público y las comunicaciones móviles.
Por cada recarga virtual los kiosqueros reciben el 0,66 por ciento del monto operado, según la Unión de Kiosqueros de la República Argentina - UKRA -, la asociación que propuso la medida de fuerza como forma de exigir un aumento en los niveles de ganancia al gobierno nacional en el caso del sistema Sube y a las compañías de celulares por los usuarios que recargan sus créditos.
Con estos tres días de reclamo los comerciantes del sector exigen que por recargarr la SUBE se les otorgue un 5 por ciento de comisión, mientras que a las empresas de celulares les piden un 10 por ciento.
Fuerte adhesiOn
Referente local de la UKRA, Emilio Suárez Basso consideró un “éxito” la adhesión a la medida. “Lamentamos que la gente tenga que pasar por esto. No queremos perjudicar a los usuarios, pero ellos nos están entendiendo”, precisó el dirigente.
El kiosquero es dueño de un local de la esquina de 10 y 61 donde un cartel advierte a los clientes que en ese local se sumaron al paro. “No cargamos Sube ni carga virtual - señala la indicación -. Reclamamos comisiones dignas: Sube 5 % y virtual 10 %. No somos empleados, somos comerciantes”.
Casi en cualquier kiosco de las zonas céntricas de la Ciudad donde se pregunte por las recargas la respuesta es negativa. “Acá adherimos, no vendemos, porque es injusto que nos pongan multas por cobrar un adicional. Qué más quisiera yo que no cobrarlo, pero sino no se gana nada; al contrario, se va a pérdida. A la gente se le ve molesta por la protesta, porque tienen que comunicarse o viajar y se le complica, pero nosotros algo tenemos que hacer. Y mañana - por hoy - va a ser peor”, comentó Juan Cruz, encargado de un local de diagonal 74 entre 49 y 50.
A modo de ejemplo, se puede mencionar el caso del kiosco de Diego Altamirano, de las calles 12 y 62. En ese local, según indicó su dueño, se realizan entre 60 y 70 recargas de crédito de teléfonos móviles y entre 35 y 40 ventas de boletos del Sube.
Los usuarios, en tanto, asisten al calvario de tratar de conseguir recargas, con una mayoría de intentos en vano, pues la adhesión al reclamo ha sido alta, con un gran número de kiosqueros que sostienen con firmeza la decisión de no vender el servicio.
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