Los misterios de las ballenas en los lugares menos pensados

El ejemplar aparecido en Puerto Madero era guiado ayer hacia aguas abiertas pero una sudestada complicó la operación

Una sudestada sobre el Río de La Plata complicó anoche el operativo para acompañar hacia aguas abiertas a la ballena que apareció el lunes en Puerto Madero. El animal, una cría de Jorobada que se encuentra en estado de desnutrición, quedó bajo la custodia de especialistas en la zona de la Terminal Internacional de cargas, a la altura del barrio de Retiro, y se temía por su salud.

Aunque ayer a la mañana, guiada por embarcaciones de la Secretaría de Ambiente y especialistas de la ONG Cethus, la ballena había logrado dejar Dársena Norte, su retorno hacia aguas abiertas quedó interrumpido por el mal tiempo. Y si bien se esperaba retomar las tareas durante la mañana de hoy, “el tiempo apremia porque el animal sufre el agua dulce que deteriora su piel y sus ojos además de que carece de alimento”, advirtieron los responsables del operativo.

El animal, que se calcula que tiene menos de dos años y seis metros de largo, se encuentra en estado de desnutrición, ya que en el río no encuentra su principal fuente de alimentos, el krill. Pero además, por hallarse en aguas dulces, las heridas que presenta en la piel correrían u n mayor riesgo de infección.

Por lo pronto, biólogos de Mundo Marino y diversas ONGs coincidieron en que los protocolos aplicados hasta el momento para rescatarlo son los indicados: proteger al animal y acompañarlo para que logre por sus propios medios llegar al mar. Lo cierto es que resulta difícil decir cuánto tiempo podría tomarle el viaje dado su estado de salud.

Y es que si bien las ballenas jorobadas, una especie que se encuentra en gran parte del mundo y recorre cada año enormes distancias hacia sus puntos de reproducción, llegan a nadar hasta 30 kilómetros por hora, son más de 300 los que separan hoy a este ejemplar del límite exterior del Río de La Plata, y su estado de salud no es el ideal.

HIPOTESIS

A unque no están claras las causas que llevaron al cetáceo hasta Puerto Madero, los especialistas estiman que se separó del grupo con el que migraba desde la zona Antártica (donde se alimentan en verano) hacia las aguas de Brasil (donde se reúnen para reproducirse) debido al mal tiempo o a alguna enfermedad.

“Resulta difíc il decir cómo terminó en Puerto Madero porque existen múltiples causas por las que suelen perder el rumbo y separarse de la manada. Pudo haber sido un temporal que sorprendió a su grupo entre Punta Rasa y Punta del Este o alguna enfermedad. Pero en todo caso no es infrecuente que se metan en el Río de la Plata: cada cuatro o cinco años surge algún caso y en 2012 una llegó incluso hasta el Río Uruguay”, explica el doctor Leopoldo Soibelzon, docente de la cátedra de Mastozoología en la Facultad de Ciencias Naturales de la UNLP.

Pero “si bien las ballenas en general suelen ac ercarse a la costa cuando se sienten mal -agrega-, este caso en particular resulta bastante extraño porque se trata de una cría. Por el tamaño que tiene, es probable que ronde el año de vida, por lo cual todavía está amamantándose, y en esa etapa no se separan por nada del mundo de las madres porque dependen de ellas para sobrevivir”.

En cuanto a las chances de sobrevida del ejemplar en un medio como el Río de la Plata, donde carece ademas de su alimento natural, “no son precisamente las mejores” si se tiene en cuenta que “si bien los adultos tienen una reserva de grasas que les permite sobrevivir varios meses sin alimentarse, se trata de una cría que consume más de 40 litros de leche por día”, menciona Soibelzon.

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