Manzur, una biografía de la riqueza
| 27 de Septiembre de 2015 | 00:33

Todavía no era candidato cuando Irene Benito, Indalecio Sánchez y Fernando Stanich -tres jóvenes periodistas tucumanos- empezaron a investigar el patrimonio de Juan Luis Manzur, el flamante gobernador electo de Tucumán, surgido de elecciones teñidas de escándalo y sospechas.
Los autores de “A su salud. La historia de Juan Manzur, el ministro más rico de la era kirchnerista” hablan del mandatario electo como protagonista de un “fenómeno político”. Irene Benito, que estuvo esta semana en La Plata para presentar el libro, lo explica de esta manera: “Era un médico al que nadie conocía; de un origen humilde y sin trayectoria política ni profesional. Con el padrinazgo de Ginés González García se incorporó a la función pública. Y en pocos años se convirtió en ministro provincial, vicegobernador, ministro nacional y ahora gobernador, al mismo tiempo que forjó una fortuna inmensa que ha generado muchas dudas”.
En el libro cuentan que el “gran hallazgo” de Manzur fue haber revertido las estadísticas de desnutrición infantil en Tucumán en una magnitud “científicamente imposible”. Dicen que lo que en verdad hizo fue cambiar los criterios de medición de la desnutrición y que eso provocó una especie de descenso mágico de la mortalidad que lo catapultó políticamente en la gestión de Alperovich.
Aquella fama lo llevó, en poco tiempo, a desembarcar como ministro de Salud de la Nación en plena crisis por el dengue. Volvió a hacer “magia” con las cifras y renunció para competir por la gobernación tucumana.
Fue aquel paso por la administración nacional el que obligó a Manzur a presentar declaraciones patrimoniales. Benito, Sánchez y Stanich pusieron la lupa periodística sobre esas declaraciones. Y las conclusiones son las que presentan en este libro que, en las últimas semanas ha despertado fuerte interés a medida que Manzur se convertía en protagonista de uno de los mayores escándalos políticos e institucionales, como ha sido la irregular elección de Tucumán.
Benito contó, en su paso por La Plata, que las declaraciones de Manzur muestran gruesas inconsistencias: en 2012, 2013 y 2014 Manzur declara un conjunto de 18 inmuebles con un valor de cero peso ($ 0). Después, esos inmuebles desaparecen y algunos vuelven a aparecer en declaraciones sucesivas. De un año a otro, la fortuna de Manzur pega saltos llamativos: entre 2013 y 2014, por ejemplo, pasó de 13,6 millones de pesos a 23 millones de pesos. Casi se duplicó.
Manzur fue sobreseído por la Justicia tucumana en una causa por enriquecimiento ilícito. Según el libro, en ese expediente no hubo actividad investigativa y ni siquiera se computaron las inconsistencias que surgen de las propias declaraciones juradas del ex ministro de Cristina Kirchner y ahora gobernador electo en Tucumán.
En el prólogo, el periodista Miguel Wiñazki define al libro sobre Manzur como “un minucioso perfil biográfico, político y económico de un hombre feudal cuyo máximo logro, el que lo catapultó a la escena mayor del teatro político argentino, es la creación del INDEC de la mortalidad infantil”.
“En la historia de este hombre se condensa el drama de todos. Es un libro que produce dolor y aprendizaje. Es un testimonio, un documento y una lección”, dice Wiñazki. De la lectura surge una certeza: Hay muchas cosas que Manzur todavía no ha explicado.
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