Simuló ser vendedor ambulante, pero terminó asaltando una casa

La víctima advirtió la maniobra y cerró la puerta, pero no con llave. La redujo con su hijito y su hermano

Presentándose como un vendedor ambulante pudo entablar un diálogo con su víctima un minuto antes de amenazarla. El delincuente supo bien cómo entrar en la casa y, según sospecha el dueño, esperó el momento justo para actuar.

Ocurrió ayer, cerca de las 16.30, sobre el boulevard 120 en El Mondongo, en una cuadra de tránsito escaso (comparada con las avenidas 60 y 122, que se cruzan cerca de allí) y enfrente de la facultad de Ciencias Naturales.

A esa hora alguien tocó la puerta de una casa. La que atendió fue una chica de poco más de 20 años. Parado a un metro tenía a un hombre de alrededor de 40, sin acompañantes a la vista, que en una bolsa decía tener productos de limpieza que ofrecía puerta a puerta.

Pero la sospecha más firme es que el ladrón tenía previamente individualizada cuál era la vivienda en la que pretendía meterse.

“Creo que esperó a que me fuera, porque un ratito antes yo había estado en casa. Después salí y me enteré de todo. Parece que cuando no vio mi auto, se mandó a robar”, especuló Gustavo (42), dueño del domicilio y padre de la chica que atendió al falso vendedor.

Después de simular un interés por la venta, el delincuente sorprendió a la joven con una pregunta que, en ese momento, pareció sacada de contexto: “¿Con quién estás?”.

La chica en unos instantes le cerró la puerta, pero lo hizo sin girar la llave. El ladrón debió haberlo notado, porque le bastó solamente un empujón para volver a abrirla e irrumpir en la casa. Antes se había asegurado de que la calle estaba desierta.

Primero sacó un cuchillo con el que amenazó a la chica. A pocos metros estaban su beba de tres meses y un hermano de seis años. La situación pudo tornarse complicada para las tres víctimas, pero, por lo que destacó Gustavo ninguna fue maltratada. A la que sí increpó el ladrón fue a la chica, ordenándole qué sectores de la casa debían recorrer juntos y pidiéndole que se quedara tranquila.

Durante la revisión del domicilio -que le llevó poco más de 10 minutos-, el asaltante consiguió apoderarse de una computadora, algunos ahorros que la familia guardaba -Gustavo evitó hablar de cifras- y algo de ropa.

Como si nada, el ladrón volvió a la calle y continuó por el boulevard hasta perderse en la vorágine constante de la 122. Nadie admitió verlo en ese momento exacto, pero la policía de la zona tendría algunas pistas para ubicarlo.

Según las primeras averiguaciones que se pudieron hacer, el asaltante habría sido visto más de una vez en ese barrio tocando timbres para sus ventas ambulantes.

Por estas horas ya está señalado también como un ladrón potencialmente peligroso y los agentes del barrio y de Villa Argüello, del lado de Berisso, se esfuerzan en ubicarlo.

en jaque

En un puñado de meses se acumularon varios delitos en esa cuadra. A pocos metros de donde robaron ayer, “a una mujer la tirotearon para sacarle el auto. A mis vecinos de al lado también les entraron en la casa”, ejemplificó Gustavo.

“Por lo menos mi familia está bien. Mucha gente del barrio nunca hace la denuncia pero eso no sirve, porque si no pareciera que está todo bien y nunca pasa nada”, finalizó el hombre.

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