La hipertensión, detrás de los embarazos riesgosos

Genera entre el 5 y el 10 por ciento de las complicaciones durante la gestación

Se dijo una y mil veces y no se deja de repetir: la hipertensión arterial es una enemiga silenciosa que merece ser seguida bien de cerca. Ahora, distintos expertos advierten que los desórdenes hipertensivos se encuentran entre las complicaciones médicas más comunes del embarazo, y ocurren en casi el 10% de éstos.

Durante esta etapa, tanto las madres como los bebés son susceptibles de contraer enfermedades que pongan en riesgo su salud y transformarse en un embarazo de riesgo. La patología más frecuente es la hipertensión al afectar a entre el 9 y el 14% de las embarazadas y es más frecuente en mujeres mayores de 35 años. “Muchas mujeres no saben que son hipertensas ya que, excepto en algunos casos, no presenta síntomas”, advierte Bernardo Lowenstein, jefe del servicio de obstetricia de la clínica y maternidad Suizo Argentina.

Según el especialista, en la primera consulta con el obstetra la paciente “debe controlar su presión arterial y continuar el seguimiento durante todo el embarazo y con la frecuencia indicada según la edad del mismo, ya que la enfermedad se puede adquirir durante el período de gestación. La hipertensión adquirida durante el embarazo puede ser simple o preeclampsia, ambas pueden complicar al embarazo al representar un riesgo para la madre y el niño, porque puede producir retraso de crecimiento por alteraciones en la placenta y sufrimiento fetal”.

De acuerdo a lo que explican los médicos, el riesgo aumenta en aquellas futuras madres menores de 20 años o mayores de 35 con antecedentes de hipertensión crónica o con sobrepeso. En general, estas pacientes tienen un régimen de consultas más frecuente, deben controlar su presión arterial con regularidad y se las instruye acerca de la importancia de cumplir con las indicaciones del médico.

Aquellas madres con hipertensión tienen riesgo aumentado para desarrollar complicaciones tales como desprendimiento de placenta, alteración de la coagulación de la sangre, hemorragia cerebral, daño en el hígado, e insuficiencia renal aguda. Sin embargo, en general, en las embarazadas que cumplen con los controles prenatales y las indicaciones de su médico, la hipertensión arterial no provocará complicaciones para ella ni para el feto.

“Cuando se trata de mujeres con historia de hipertensión previa al embarazo -dice Lowenstein-, la consulta previa a la concepción resulta fundamental, ya que la enfermedad debe estar controlada antes de transitar la maternidad”.

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