Piropos eran los de antes
| 23 de Octubre de 2016 | 02:47
Por IRENE BIANCHI
Mail irenebeatrizbianchi@hotmail.com
Twitter @irenebianchi
- ¿Qué me cuentan del Nobel de Literatura a Bob Dylan, chicas? Raro, ¿no?
- Y, sí. Porque es cantante, no escritor. En todo caso, cantautor.
- Claro, pero la Academia Sueca lo premió por haber creado “nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”.
- Yo lo adoro. Un ícono, casi un gurú. “Soplando en el viento” es una canción emblemática de mi juventud. Muy merecido.
- Pero no acusó recibo. Ni siquiera agradeció. Para mí, ni lo va a buscar.
- Como el existencialista Jean Paul Sastre, que lo rechazó en 1964, por considerarlo un premio “burgués”.
- Esa es una pose. Igual que los actores que no van a recibir el Oscar. Snobs.
- Vaya o no vaya, ya sacó provecho. Mucha gente joven lo descubrió recién ahora, y sus temas son furor.
- Puede que no vaya a Estocolmo a buscar el diploma o la medalla, pero no creo que rechace la guita. Una suma nada despreciable. Ocho millones de coronas suecas, equivalentes a casi cien luquitas verdes.
- Para una “celebrity” como él, eso es un vuelto, Moni. Chirolas.
- Mirá si le pasa lo de Oscar Martínez en “Ciudadano Ilustre”. Un bajón.
- Nadie es profeta en su tierra. Además, a nosotros nos encanta destrozar a nuestros ídolos. Lo matamos a Messi, al Papa. No dejamos títere con cabeza.
- Cierto. Pasamos de la veneración y la devoción a la destrucción total. Sin grises
- Así somos: ciclotímicos, cambiantes, inmaduros, cholulos.
- Tal cual. Fijáte que hoy están todos los chimenteros y los servicios de inteligencia abocados a investigar si las fotos viralizadas de Pico y Pampita en bolainas, son ciertas o trucadas.
- ¿A quién le importa? ¿Acaso te cambia la vida saberlo? Que hagan su vida.
- Es que nos encanta espiar por el ojo de la cerradura. Somos todos voyeuristas aficionados. Mirones. Fisgones, como dicen los gallegos.
- Si se pusiera la misma energía en esclarecer desfalcos y corruptelas, seríamos Gardel, Lepera y los guitarristas.
- ¿Sabían que el abuelo de Carmen Barbieri trabajó con el dúo Gardel-Razzano?
- ¡Pobre Carmencita! Le afanaron todo lo que tenía en el auto del productor, cuando fue de visita al programa de Tinelli para ver bailar a su hijo.
- No es la única ni la primera. Parece zona liberada la de Ideas del Sur. Ya saquearon a varios.
- ¿No dijo que nunca más pisaría ese estudio? Se fue furiosa del Bailando.
- Lo que dicen los artistas es pura ficción. No resisten un solo archivo.
- Y Marcelo la recontrapiropeó, ¿vieron? De arriba abajo.
- No más que a mí. No saben lo que me pasó. Venía para acá y un tipo desaceleró el auto y me dijo: “Te hago lo que quieras, mamita”.
- ¿En serio, Chuchi?! ¡Contános! Y vos ¿qué le dijiste?
- Giré la cabeza, como una Reina, y le contesté: Dále. Hacéme los mandados, cortáme el pasto, arregláme las tejas, pintáme el galponcito, limpiáme la pileta
- Sos un bajón. Así no vas a levantar ni sospechas. Chuchi, la pianta candidatos.
- Pobre. Aceleró y se perdió en la lontananza. Mi analista dice que me saboteo.
- Hay que hacer como Jimena Barón, chicas, que busca festejantes por redes sociales, Tinder y Hpnn, y hasta detecta el rango de guita que tienen los quías.
- Prefiero el piropo cara a cara, aunque salga de un fitito, como hoy. ¡Chin, chin!
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