Un grupo de cuatreros entró en un campo de Olmos y faenó tres vacas

El flagelo de la delincuencia no sólo se siente en las zonas más urbanizadas de la Ciudad. También hay serios problemas de inseguridad en los sectores rurales o semirurales, como el que ocurrió el martes pasado en un campo de Lisandro Olmos.

De acuerdo al testimonio que ayer le brindó a EL DIA Mariné Arotcarena (35), un grupo de cuatreros entró al predio que alquila en las calles 90 y 215, donde mató cuatro vacas y alcanzó a faenar tres.

“Encontramos cuatro animales muertos, pero se ve que -a los delincuentes- no les dio el tiempo para despostarlos a todos”, explicó la mujer.

“Para nosotros, que contábamos con 25 ejemplares, entre adultos y novillos, es un golpe terrible. Sólo si pensamos que para tener una hembra hay que esperar cuatro años”, destacó.

Con respecto a las pérdidas económicas que representó el hecho, Arotcarena reconoció que “más de 40 mil pesos”.

Al parecer, por las huellas que aparecieron en los caminos internos, los ladrones se desplazaban en dos vehículos y no tuvieron mayores inconvenientes para concretar el despojo.

Es que el campo en cuestión tiene una extensión muy grande, vías de acceso pavimentadas y pocos vecinos alrededor.

Tampoco hay caseros, pese a que cuenta con una pequeña vivienda o residencia, frente a la cual quedaron esparcidos los restos de los animales descuartizados.

“Vinieron, cortaron un candado y se metieron”, expresó la damnificada.

Se sospecha que eran personas habituadas a este tipo de tareas, sobre todo porque trabajaron a la luz de linternas, faroles o cualquier otro tipo de generador lumínico.

“Nadie vio nada. Nuestra parte son 16 hectáreas y es realmente difícil que alguien pueda percibir que están haciendo una cosa así”, reconoció.

En ese sentido, Arotcarena dijo que la Policía “vino rápido y nos atendió muy bien”, pero “combatir esto es complejo”, aseguró con cierta resignación.

“Sabemos que usaron dos autos o camionetas, pero nada más. Había llovido y quedaron las marcas de las ruedas. Pero el rastro se pierde apenas se subieron al pavimento”, contó.

Fue otro productor el que se percató de lo sucedido y le dio aviso de inmediato.

“Nosotros nos enteramos ayer al mediodía -por el miércoles- cuando un vecino, que alquila otra parte del campo, fue a dejar a sus animales”, mencionó.

“Cuando llegamos vimos los restos de varios animales. Eran tres vaquillonas y un novillo. Pero a una la dejaron ahí, sin carnear”, añadió.

Según Arotcarena, “vimos los rastros de los vehículos enseguida. Es que mi marido, que es el que maneja el campo, siempre se mueve en bicicleta o a caballo”.

UN AÑO, LA PRIMERA VEZ

La mujer explicó que hace un año que dejan animales en el campo de 90 y 215, pero que es la primera vez que sufren un ataque de esta naturaleza.

De todas formas, “no es algo nuevo. Sabemos que hubo más casos”, concluyó.

En relación a la marcha de la investigación, en la que interviene la seccional 15ª y el CPR, no se descartan hipótesis, pero la pista más firme apunta a la venta de la carne en el mercado negro. Falta saber quiénes integran la banda de cuatreros.