Dos jubiladas sufrieron asaltos en sus viviendas

Los ataques y robos a jubilados de nuestra ciudad sigue siendo una modalidad recurrente.

Las últimas víctimas son dos mujeres que ayer fueron sorprendidas en sus viviendas por asaltantes que, mediante distintas maniobras, las despojaron de dinero y otras pertenencias, además de someterlas a todo tipo de amenazas.

El más violento de esos episodios transcurrió, pasado el mediodía de ayer, en 14 entre 54 y 55.

Según informaron fuentes policiales a este diario, Laura Irma Herculano (68) estaba sola en su casa de esa cuadra cuando escuchó que golpeaban la puerta.

Cuando salió a atender, vio a dos desconocidos, a quienes creyó integrantes de una cuadrilla de operarios, dado que las cañerías de su vereda se encuentran en reparación.

CUENTO DEL TIO

Aprovechando esa circunstancia, ambos sujetos le pidieron a la jubilada dinero, con la excusa de que comprarían algunos elementos para avanzar con esa obra.

Una vez que Herculano se disponía a dárselos, los delincuentes irrumpieron detrás suyo, la redujeron por la fuerza y la ataron en una silla del comedor.

Aunque la víctima estaba indefensa y era incapaz de oponer la más mínima resistencia los ladrones la golpearon despiadamente, revelaron a este diario vecinos de la zona.

El objetivo era claro: que la jubilada revelara dónde guardaba el dinero. Luego de varios minutos de revisar las dependencias de ese inmueble, los ladrones se alzaron con una suma que no trascendió, una billetera y relojes. Entonces sí se fueron, dejando a la mujer atada y en shock.

Una vez que los delincuentes se fueron, Herculano “comenzó a gritar bien fuerte, hasta que alguien la escuchó y llamó al 911. Después llegó la Policía y la liberó de sus ataduras”, contó una vecina. La mujer prefirió ayer a la tarde no hacer declaraciones, porque “sigue asustada y dolorida por los golpes que le dieron”, hizo saber a través de una allegada del barrio.

El otro hecho sucedió también a la mañana, pero en La Loma, cuando un pintor se encontraba realizando tareas en el frente de una vivienda situada en 39 entre 26 y 27 y lo sorprendieron tres ladrones.

Uno de esos sujetos estaba armado y a punta de pistola lo obligó a entrar en la propiedad, donde estaban la dueña, identificada oficialmente como Lidia Mabel Albertella (65), y otro pintro.

Los delincuentes sustrajeron dinero (tampoco trascendió el monto), objetos de valor y el auto de la mujer, un Chevrolet Corsa gris.

En un primer momento se especuló con que podía tratarse de la misma banda, pero la descripción que las víctimas hicieron de los ladrones y la mecánica de los hechos hicieron perder fuerza a esa hipótesis.