La gente otra vez puso todo

Una vez más el hincha se las ingenió para darle su apoyo al plantel

Por

Walter Episcopo Sensaciones

E stas cosas del fútbol moderno que no permiten que un clásico se juegue sin las dos parcialidades, obliga al ingenio popular a tratar de poner empeño para decir presente, de demostrarle s sus jugadores que no están solos. Y al hincha del Lobo que ayer le tocaba verlo por tele, buscó la manera de exteriorizar el sentimiento. Al menos por un rato en la previa.

Por eso como otras veces se fue hasta Estancia Chica para despedir el micro cuando saliera para el Estadio. Pasadas las 12 ya estuvieron los primeros que llegaron tocando bocina. De a poco, autos, camionetas, motos, bicicletas fueron ingresando por la angosta calle arbolada que conduce hasta el predio albiazul en el soleado mediodía dominguero.

Banderas, gorros, camisetas, fueron cambiando la escenografía y se empezaron a escuchar los primeros cánticos. El “dale Lobo” fue de lo primero en escucharse y el “hoy hay que ganar Basurero” se repitió una y mil veces.

Resultó conmovedor ver familias enteras cantando, esperando ver partir a sus jugadores

Resultó conmovedor ver familias enteras cantando, esperando ver partir a sus jugadores. A 200 metros la policía no dejaba pasar a los hinchas hasta la misma puerta del predio, pero fue tal la cantidad de gente que se agolpó, que la seguridad allí apostada se corrió y la gente llegó hasta donde antes estaba la tranquera y hoy hay un portón de ingreso.

De todas las veces que fueron los hinchas, fue la más numerosa sin dudas. Y cuando el micro ubicado dentro del predio se puso en marcha y la salida era inminente el público se volvió loco. “Yo te quiero Lobizón...” cantaba la gente mientras las banderas flameaban, los fuegos artificiales que explotaban y los jugadores que uno a uno empezaron a subir al micro.

La hora de salida pautada para las 15:45 se terminó retrasando. El micro encaró el portón y la gente con sus manos en alto despidió a los jugadores que agradecieron tamaña demostración de cariño que resultó verdaderamente conmovedora.

El micro encaró para la Ruta 36 y la caravana fue detrás, por lo menos hasta donde la policía los dejó, y esto fue hasta el Hospital de Romero. Un cordón policial les impidió seguir junto a la delegación que enfiló para 25 y 32.

Mientras tanto, en Berisso la filial “Manuel Fidel” colocó una pantalla gigante y muchísimos Triperos de la Región fueron a vivir el clásico todos juntos como si estuvieran en una gran tribuna. Y no faltaron tampoco los cantitos de cancha.

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