Salir indemne es clave para Troglio y ganar, el único pedido para Vivas

Por MARTIN MENDINUETA
OPINION

Más que potenciar virtudes, el próximo domingo ganará aquel que minimice mejor sus defectos. Como fieles exponentes de este fútbol argentino que vive bastante lejos de la excelencia, Estudiantes y Gimnasia se prepararán esta semana para lucir menos vulnerables en la pulseada que la Ciudad ya está jugando. Ninguno pudo ganar en la previa, pero vienen haciendo campañas aceptables. Ambos con diez puntos y un funcionamiento oscilante que puede deparar sorpresas en ambos sentidos, llegan a este derbi más parejos que en ediciones anteriores. Tal vez por eso las apuestas entre amigos volvieron a ser un condimento insuperable.

A Gimnasia, el escándalo de Mar del Plata le modificó bastante la estructura de ataque. Obligado a probar sobre la marcha del tramo inicial del torneo, logró más satisfacciones de las que se preveían. Hoy, por distintos motivos, nadie se atreve a afirmar que Nicolás Mazzola, Maximiliano Meza, Federico Rasic y Javier Mendoza serán titulares en semejante partido. Quizás alguno de ellos lo sea, pero claramente ninguno de esa lista tiene el puesto asegurado. Cambiaron las cosas. Otros son los nombres de moda. Matías Noble (gratísima aparición y figura el último sábado), Walter Bou, Lorenzo Faravelli y Facundo Castillón lograron ubicarse en la primera fila. En semejante “licuadora” de aspirantes a los puestos ofensivos, el único que no ha perdido su estatus es Franco Niell. Si el petiso está apto físicamente, jugará seguro.

El gran interrogante en Estancia Chica será con qué hombres atacará Gimnasia. Dos ideas conviven con igual fuerza de verdad: por un lado, le sobran variantes; y por el otro, no hay ninguna que logre el pedido unánime de la hinchada “tripera”. Será la intuición de Pedro Troglio la que defina tan pesada cuestión.

Más allá de no haber recibido goles, de un crecimiento sostenido en el nivel personal de Mauricio Romero y de un claro repunte en Enrique Bologna, el Lobo ofrece algunas debilidades en defensa que deberá atender. El partido de Roberto Brum no fue bueno y su puesto tiene directa relación con el modo en que el rival llega perfilado hasta sus compañeros de la última línea.

UN CAMBIO MUY CRITICADO

Lo peor de Estudiantes en Parque Patricios fue que Huracán le ganó haciendo muy poco. Debiera reprocharse la tibieza que desparramó en el campo durante el primer tiempo a la hora de buscar el gol. En lo que refiere a las decisiones de Nelson Vivas, hubo una que todavía hoy retumba en el ambiente pincha. El reemplazo de Juan Ignacio Cavallaro por Leonardo Gil superó en quejas aquella demora para realizar cambios en el debut con derrota ante Lanús.

Ya perdiendo y con algo más de media hora para generar una reacción saludable, sacó a un hombre de neto perfil de ataque para ubicar, y sobre la banda izquierda, a un mediocampista de contención que suele hacerlo por el eje central del campo. Lo de “Tití” Rodríguez por Facundo Quintana, adelantando a Gastón Fernández, se debatió en otros términos, pero lo del “Colo” Gil apretado por la raya, incómodo y nada efectivo, significó un error muy comentado.

La mejor receta albirroja necesita tres ingredientes básicos: que Augusto Solari sea efectivo en el desborde por derecha y sirva buenos centros, que Gastón Fernández sea el media punta lúcido y siempre dispuesto a devolver un buen pase y/o a intercambiar roles con Cavallaro y que haya alguien metido en el área, cerca del punto del penal, para terminar la jugada. Esto, más la sobria solidez de Schunke, el incesante batallar de Ascacibar y Damonte y alguna perlita que esta vez no apareció de Facundo Sánchez proyectándose por la derecha, constituye la identidad de un León que a veces carece de intensidad plena.

PRESIoN ALTA VS. SALIDA DESDE EL FONDO

Sabiendo que Gimnasia aprieta con la marca bien arriba para recuperar lo más lejos posible de su arco, ¿mantendrá Estudiantes la salida a ras del piso con pelota dominada? Es sólo uno de tantos interrogantes. Seguramente, el local no se mostrará tan reiterativo en esa manera de iniciar sus jugadas.

Como suele ocurrir, miedos disfrazados de precauciones sobrarán también el próximo domingo. Ellos jugarán como puedan, como les salga. Troglio buscará salir indemne de la localía albirroja, mientras que a Vivas le pedirán una victoria.

No habrá público de los dos, una lástima; aunque peor sería que se jugase a puertas cerradas. El último jueves, viendo por TV Boca-Racing en la Copa Libertadores de América, con un montón de figuras consagradas en el campo y escuchando nítidamente lo que gritaban los técnicos, soporté apenas treinta minutos. Fue un bodrio y la ausencia de los hinchas tuvo mucho que ver. El público sigue siendo, felizmente, esencial para que este deporte nos resulte tan atractivo.