Redescubren una receta de alquimia de Isaac Newton

Especial para EL DIA
de National Geographic

Combinar una parte de dragón abrasador, algunas palomas de Diana y al menos siete águilas de mercurio ¿y qué se obtiene? Un precursor clave de la piedra filosofal, según un manuscrito redescubierto del legendario físico Isaac Newton.

Conservado en una colección privada durante décadas, el documento del siglo XVII está ahora en manos de la Chemical Heritage Foundation, una organización sin fines de lucro de Filadelfia, Pennsylvania.

El grupo compró el manuscrito en febrero y ahora está subiendo imágenes digitales y transcripciones a una base de datos online para que más personas puedan estudiar la interpretación que hizo Newton sobre el texto de alquimia.

PIEDRA FILOSOFAL

La receta detalla crípticamente cómo preparar “mercurio sófico”, una sustancia considerada el ingrediente principal de la piedra filosofal.

La piedra a su vez supuestamente podía convertir metales comunes como el plomo en metales preciosos como el oro.

Si bien no hay pruebas de que Newton haya preparado mercurio sófico, el manuscrito ayudará a comprender la manera en que interpretaba las recetas frecuentemente muy codificadas de la alquimia, explica el historiador de la ciencia William Newman, de la Universidad de Indiana.

El documento también destaca el hecho de que Newton- padre de la física moderna y codescubridor del cálculo- estaba profundamente influido por la alquimia y sus colaboraciones con los alquimistas.

ESCRITOS

Newton escribió más de un millón de palabras acerca de la alquimia a lo largo de su vida, con la esperanza de que el antiguo conocimiento sirviera para explicar mejor la naturaleza de la materia.

Pero los académicos no abordaron de muy buena gana esta conexión dado que usualmente la alquimia es menospreciada considerándosela una seudociencia que abunda en procesos fantasiosos y desprestigiados.

El biógrafo de Newton de 1855 cuestionó “cómo una mente tan poderosa” podía tomar seriamente “la obvia producción de un tonto y un bribón”.

Y la receta del mercurio sófico recién ahora está resurgiendo en parte porque la Universidad de Cambridge, alma mater de Newton, rechazó la oportunidad de archivar sus recetas de alquimia en 1888.

Los textos fueron subastados en 1936 por un total de apenas 9.000 libras (aproximadamente 12.720 dólares). Muchos terminaron en manos privadas y lejos del alcance de los investigadores.

“Durante muchos, muchos años, la alquimia de Newton fue considerada intocable”, dice Newman.

Pero él y otros historiadores hoy ven a los alquimistas como técnicos cuidadosos que trabajaban con su equipo y tomaban muchas notas, con frecuencia codificando sus recetas con símbolos mitológicos para proteger conocimientos arduamente ganados.

EL ARBOL DE LA VIDA

La receta recientemente descubierta no es una excepción: Newton copió el extraño texto de documentos del americano George Starkey, un alquimista del siglo XVII mejor conocido por su seudónimo romántico: Eireanus Philalethes (el pacífico amante de la verdad).

Según la interpretación de estudiosos modernos, la receta de Starkey para preparar mercurio sófico indicaba destilar repetidamente el mercurio y luego calentarlo con oro.

Este proceso finalmente produce una aleación con delicadas ramificaciones.

Las notas de Starkey indican que la sorprendente estructura semejante a un árbol lo llevó a pensar que el mercurio sófico había cobrado vida, indicando su poder y su importancia.

Sin embargo, no hay pruebas de que Newton haya decodificado correctamente la receta de Starkey, y mucho menos que haya logrado producir el “árbol” alquímico.

Quizás la verdadera importancia del documento esté al dorso, donde Newton escribió su propio procedimiento alquímico para sublimar oro, proceso al que dedicó muchas horas de laboratorio con el fin de preparar la piedra filosofal, cuenta Newman.

El historiador añade que la receta, que Newton había conseguido años antes de que Starkey la publicara oficialmente, es una prueba más de la colaboración de Newton con otros alquimistas, que probablemente influyeron en su trabajo de óptica, la física de la luz.

Las enseñanzas de la alquimia podrían haber inspirado el revolucionario descubrimiento de Newton de que la luz blanca es una mezcla de varios colores.

“Los alquimistas fueron los primeros en darse cuenta de que los compuestos podían ser separados en partes y recombinados.

LUZ BLANCA

Newton aplicó eso a la luz blanca, que puede ser descompuesta en colores y luego recombinada”, explica Newman. “Eso es algo que Newton tomó de la alquimia”.

De modo que sería justo decir que de no haber sido por la alquimia de Newton, podríamos no haber contado con algunos de los más famosos descubrimientos del Newton científico.

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