¿Y la mística? ¿Y la Bombonera? ¿Y la presión de la hinchada? ¿Y la camiseta?
| 16 de Julio de 2016 | 00:43

Al margen del dolor que sienten los hinchas de Boca porque se terminó el sueño de alcanzar una nueva Libertadores y del descalabro que provocó en el Xeneize la eliminación, el partido del jueves ante Independiente del Valle servirá, sin dudas, para terminar con la creencia de muchos sobre que este club tiene una mística especial que le da un plus cuando juega de local; que la Bombonera “achica” a sus rivales; que el aliento ensordecedor de sus simpatizantes -más cuando las cosas van bien que cuando se viene el agua- potencia a sus jugadores; y que la camiseta intimida a los oponentes.
Estas, y otras tantas nociones que forman parte del folclore entre los simpatizantes y que son tomadas como verdades absolutas por muchos, bien pueden ser dejadas en el armario futbolero, porque la única verdad es que no cambian la ecuación.
Tan abrumadora fue la realidad el jueves, cuando el modestísimo equipo de Independiente del Valle volvió a ganarle a Boca, aun cuando arrancó abajo en el marcador, que hablar de todas estas cuestiones hoy, como mínimo, da vergüenza.
Boca tuvo a su disposición la “mística”; la “Bombonera”; a todos sus hinchas; a Tevez, que vale casi como todo el conjunto ecuatoriano; contó con un plantel millonario lleno de jugadores cotizados a disposición; empezó ganando... ¿Y de qué le sirvió? Se comió tres, que pudieron ser muchos más en una sinfonía de errores; falló un penal, y por momentos fue un pollito mojado cuando, en la previa, se sentía una fiera al acecho de una presa débil.
¿Entonces? Basta de verso. Felicitaciones a un rival austero, pero enormemente digno como Independiente del Valle, merecido finalista. Y un poco de humildad, autocrítica y replanteos serios para un equipo repleto de recursos como Boca, que no supo cómo estar a la altura de las circunstancias.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE