Defenderlo; es de todos
| 16 de Agosto de 2016 | 02:39

La defensa del Parque Pereyra no ha sido todo lo eficaz que debería haber sido. Ha sido, en realidad, débil, errática y distraída. Si se hablara de irresponsabilidad, quizá se podría explicar lo que ha ocurrido con el Parque en las últimas décadas: usurpaciones, abandono, mutilaciones, descuido y descontrol se han combinado para que gran parte de esa reserva natural sufriera una degradación que llevará años remontar.
Los episodios de ayer se inscriben, de alguna forma, en el contexto histórico de un Parque que se ha tomado como botín de pequeños intereses y usufructos sectoriales.
Frenar las usurpaciones; recuperar los espacios degradados y liberar las zonas ocupadas deberían ser pilares de una política razonable para este estratégico pulmón verde de la Región.
Defender el Parque Pereyra Iraola no debería ser una consigna vacía y oportunista. Por el contrario, debería ser un objetivo central para la preservación ambiental en la llamada región metropolitana. En esa defensa deberían conjugarse, además, los compromisos del Estado, de la ciudadanía, de organizaciones no gubernamentales y, por supuesto, también de la Justicia.
Son muchos años de desidia y abandono los que se deben remontar.
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