Un día de playa en San Bernardo, donde se vende de todo como en una feria

Con buen tiempo las playas se llenan y allí se dispone un ejército ambulante dispuesto a satisfacer demandas

Especial para EL DIA
RICARDO CASTELLANI
FOTOS: ROBERTO ACOSTA

 

Hay sol, el viento sopla suave y hace bastante calor. Solo esas tres condiciones son suficientes para que las playas de San Bermardo exploten de gente. El clima se ha venido portando bastante bien y a pocos le importan algunas nubes que se empeñan en que el día no sea perfecto.

En la primera franja de arena, la más importante, están los balnearios, que con sus carpas abarcan casi la tres cuarta parte de la playa. Adelante, el mar, y entre los balnearios y el océano, queda para quienes no son clientes de la sombra alquilada una franja escasa en la que habrá que acomodarse. Pero son cientos y cientos.

Los que pueden clavan sus sombrillas y los que no extienden sus toallas. Algunos juegan deportes mínimos (por lo reducido del espacio) o cartas o lectura de cara al sol. En el mar, las olas levantan a los muchos que se le atreven. Y en medio de todo eso, un incesante desfile de vendedores que todo lo vocean y a quienes casi todos le compran. Es que en esas instancias, son artículos de primera necesidad.

Qué mejor momento, al caer la tarde, que beberse un buen licuado. Y allí está el vendedor de turno para satisfacer ese deseo. Setenta pesos la jarra de 3/4 litro de durazno, frutilla o ananá con agua; 60 el medio litro de banana o frutilla con leche.

Las nenas se meten al agua y pierden sus colitas que le atan el pelo. Pero no es problema, allí está la vendedora que las ofrece a razón de 3 por 15 pesos, como también vinchas a $35, bolsos a $100 o sombreros a $90.

Un grupo familiar anda con ganas de tomar mate, pero ya no tienen agua caliente. La solución está en Alfredo, un muchachito que se las ingenió para armar un carrito con una garrafa, una hornalla y 40 litros de agua mineral que va entregando con la temperatura justa para el mate a 15 pesos el termo.

Pero también están los muchachos de Senegal, que caminan la playa de punta a punta ofreciendo su bijou y anteojos a 90 y 100 pesos el par. O los churreros ($80 la docena); los vendedores de donas ($10 cada una), o los chocleros, a $35 la unidad.

En la playa, mientras haya sol y un poco de calor, se puede encontrar de todo. Y los visitantes lo disfrutan.

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RICARDO CASTELLANI
ROBERTO ACOSTA
San Bermardo
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