Trump modera su críticas a China y entra en una fase de mayor cooperación global

El magnate buscó resaltar las coincidencias con su par Xi Jinping, pese a las diferencias en asuntos como el comercio y Norcorea

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BEIJING

Tras dos días de reuniones, el presidente de EE UU, Donald Trump, intentó presentar ayer un frente unido con su par de China, Xi Jinping, a pesar de las diferencias latentes sobre comercio y Corea del Norte.

En materia comercial, Trump cuestionó las “muy desequilibradas e injustas” relaciones comerciales entre los dos países, aunque no llegó a criticar a Xi, y dijo que no culpa al país por aprovecharse de EE UU.

Trump afirmó que China “debe abordar de inmediato las injustas prácticas comerciales que impulsan” lo que describió como un déficit comercial “escandalosamente” amplio, así como las barreras de acceso a su mercado, las transferencias forzosas de tecnología y el robo de propiedad intelectual.

“Pero no culpo a China”, añadió. “Después de todo, ¿quién puede culpar a un país por aprovecharse de otro país para beneficio de sus ciudadanos?” Entre aplausos, señaló: “Reconozco mucho mérito a China”. Su secretario de Estado, Rex Tillerson, hizo un análisis más duro sobre el superávit comercial de China con EE UU, que en octubre creció un 12,2% respecto al año anterior, a 26.600 millones de dólares.

El superávit total con EE UU en los primeros 10 meses del año ascendió a 223.000 millones de dólares.

“Si bien apreciamos las largas horas y el esfuerzo que nuestros homólogos chinos han dedicado a esas conversaciones sobre comercio, en el contexto de un déficit comercial severo, los logros son bastante pequeñas”, dijo Tillerson a la prensa en Beijing, añadiendo que “en términos de avanzar para reducir este desequilibrio, sigue habiendo todavía mucho trabajo que hacer”.

Tillerson también admitió que había diferencias en estrategia y plazos en lo referente a acciones chinas sobre Corea del Norte. Pero insistió en que los dos países están en el mismo bando.

Trump y Tillerson hicieron esas declaraciones en el segundo y último día de visita del mandatario norteamericano en China y tras largas reuniones con Xi. El día incluyó anuncios sobre acuerdos entre compañías valuados en más de 250.000 millones de dólares, relacionados con carne de ternera, gas natural líquido, piezas de automóvil y motores de avión fabricados en EE UU.

Trump ha convertido en una prioridad de su gobierno reducir el multimillonario déficit comercial con China. Durante su campaña electoral acusó a China de “violar a nuestro país” en materia comercial y prometió minimizar el desequilibrio comercial entre ambos países. Por su parte, Xi prometió un entorno de negocios más abierto para las compañías extranjeras en su país y dijo que China está comprometida con abrir más su economía a la inversión extranjera, aunque no habló de medidas concretas.

“China no cerrará sus puertas” y las abrirá “aún más”, dijo, prometiendo que las empresas extranjeras en China, incluidas las estadounidenses, encontrarán el mercado “más abierto, más transparente y más ordenado”.

EE UU y otros socios comerciales han presionado a Beijing para que dé más acceso a sus empresas a la economía china, dominada por el Estado. Pero no está claro hasta dónde llegará China para cumplir sus promesas.

Otros gobiernos estadounidenses celebraron promesas de apertura de mercado para luego verse decepcionados.

NORCOREA, UN TEMA URTICANTE

Corea del Norte siguió siendo un tema importante en las conversaciones. Antes de llegar a China, Trump envió un sobrio mensaje a Beijing, aprovechando un discurso en Corea del Sur para reclamar al gigante asiático que hiciera más por aislar a Pyongyang.

Ayer Trump se mostró más conciliador, dando las gracias a China por sus esfuerzos y diciendo que se había sentido alentado por sus conversaciones.

“China puede resolver este problema con facilidad y rapidez. Y yo pido a China y a su gran presidente que ojalá trabajen muy duro en ello”, indicó Trump. Antes de las reuniones, China desplegó la alfombra roja para Trump, ofreciéndole una elaborada ceremonia de bienvenida en la plaza ante el Gran Salón del Pueblo antes de que ambos iniciaran sus conversaciones privadas. (AP y EFE)

 

 

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