El Normal 1 es el primer colegio que elimina todas las barreras para los discapacitados

El primer colegio de la Región de varias plantas y 100 por ciento accesible será una realidad el próximo lunes.

Ese día, la asociación cooperadora del Normal 1 le hará entrega a la dirección de la unidad académica de la “oruga” que posibilitará a los niños y adolescentes con discapacidad motriz subir y bajar las numerosas e interminables escaleras del emblemático edificio de 51, 14 y 15, y, de ese modo, disfrutar de todos los salones y espacios de la escuela.

Tras un enorme esfuerzo y con un gran apoyo de la comunidad educativa, la cooperadora fue juntando dinero mediante rifas, bonos contribución, ferias de platos y otras actividades. Antes de la correcaminata y la barrileteada que organizó el sábado 28 de octubre, contaba con 62 mil pesos. Faltaba mucho. Más del doble.

Pero la respuesta de las familias aquel día, las donaciones de ex alumnos y alumnas -que prefirieron mantenerse en el anonimato-, más la garra de Lidia Garrido, la presidenta de la asociación, para convencer a los fabricantes de resignar unos pesos teniendo en cuenta que la compra era para una escuela pública, hicieron realidad un sueño que la comunidad del Normal 1 sueña desde hace años.

La institución tiene los cuatro niveles de la enseñanza -inicial, primario, secundario y superior- y una población de unos 4 mil alumnos. Sumados a docentes y auxiliares, integran una comunidad de casi 7 mil personas.

El director de la unidad académica, Jorge Dománico, recuerda que “ni bien la cooperadora presentó el proyecto comenzamos a explorar alternativas. Hay que tener en cuenta que este edificio es patrimonio histórico, y eso trae consigo un motivo de enorme orgullo y, a la vez, un sinfín de limitaciones a la hora de hacer obras”, puntualiza, y hace notar que “otro aspecto que no siempre se tiene en cuenta es que la planta baja del Normal 1 es como una primera planta, pues para acceder hay que subir escaleras”.

No es un dato menor: tuvieron que desechar un sistema de rampas por la extensión que debían tener. A todo esto, vale recordar que el edificio ocupa una manzana completa (50, 51, 14, 15) y cuenta con distintos ingresos.

El segundo intento fue “la silla a la escalera”, apunta Lidia. Aunque esa opción tampoco prosperó pues la silla de ruedas es “fija” y el edificio “tiene escaleras por todos lados, sin contar los descansos”, agrega.

y un dia, la oruga

El profesor Dománico ríe y cuenta que “un día apareció Lidia con esta idea de la oruga, y no se habló más”.

El lunes, en un acto formal, la cooperadora le entregará la oruga a la institución con silla de ruedas incluida.

El aparato es muy sencillo. Mientras sube o baja las escaleras la silla y, por lo tanto, el niño, niña o adulto quedan en posición recta.

La oruga se puede desplazar fácilmente por todo el edificio, de acuerdo al lugar donde se la necesite.

Por ejemplo, ahora todos los pequeños del jardín de infantes podrán disfrutar sin inconveniente alguno del “jardín inglés, un hermoso espacio verde que cuenta con los juegos típicos de los establecimientos de nivel inicial y al cual se llega sorteando escaleras”.

En tanto, todos los alumnos de primaria y secundaria accederán a los tres fantásticos laboratorios de Física, Química y Biología que están en planta alta y “ofrecen un abanico de posibilidades para trabajar y aprender que los laboratorios móviles no proveen”, enfatiza Dománico. “Además, arriba está la biblioteca, donde se realizan múltiples actividades”, añade.

consultorios

Este fue un año de logros en el Normal 1. Y esos logros se llaman “asociación cooperadora de padres y madres”.

Como se informó en su oportunidad, se recuperó el histórico espacio del consultorio odontológico que nació con el histórico edificio.

Mediante un convenio con la Facultad de Odontología de la UNLP, allí se atiende todos los días. “Y hace poco se empezaron a realizar ortodoncias gratuitas. Ya hicieron veinte” resalta Lidia Garrido.

¿Y en 2018? “Vamos por el consultorio médico”, anticipa el director.

Siete mil

“Al Normal 1 asisten unos 4 mil alumnos entre el nivel inicial, primario, secundario y superior. Si se les suma a los docentes, auxiliares, padres, hermanos de los estudiantes, se llega a una población de alrededor de 7 mil personas. Es decir, un pequeño pueblo”, dicen en 51 entre 14 y 15